Alicia Rodríguez

Quiero que me regales tu sonrisa
arco iris de fresa al revés.
Quiero que me regales un pájaro.
No la paloma de la paz o el ruiseñor,
sino aquel (que de niño) viste por primera vez.
Quiero que me regales un verso.
No el de los poetas conocidos
sino el que un día intentaste escribir.
Quiero que me regales una flor.
No una rosa ni una orquídea
sino aquella que solo ve el que aun tiene tiempo
de estar tendido sobre la hierva sin prisa.
Quiero que me regales una cajita de música
pues cuando la abra será como una sonrisa,
como un pájaro, como un verso.
Será como esa flor del camino.
Quiero que me regales el silencio.
No el del oprimido
sino el de aquel que prefiere callar para escucharse a si mismo.
Quiero que me regales un abrazo.
No el de la despedida
sino el de la llegada después de una larga...

Explícame la magia que hoy encontré
en una flor en el amanecer,
explícame el agua y el viento también,
las hojas de otoño al atardecer.
Explícame la noche
que yo te explicaré
porque mi corazón
late fuerte otra vez.
Explícame la paz al escuchar tu voz,
explícame el recurdo y la ilusión.
Esplícame el sentir de la brisa en tu piel
de las olas bailando al mojar tus pies.
Explicame la noche
que yo te explicaré
porque mi corazón
late fuerte otra vez.
Explica todo aquello
que solo hay que sentir,
y al fin descubrirás
que siempre estaré aquí.
Explica todo aquello
que no hay que explicar
y al fin entenderás
que nunca, nunca ...
te dejaré de amar.
Explicame la noche.

¿Estas ahí, amiga solitaria,
en silencio contemplando mis días?.
Quisiera a alguien que, como tú,
escuchase en silencio
lo que tantas noches te he confesado.
No imaginas cuantas veces soñé que,
con vida, pudieses adivinar
lo que esconde una mirada.
Que extendieses tu mano tomando la mía
para darme las fuerzas que a veces me fallan.
Perdona si hoy te muestro mi tristeza
pero he encontrado cerrada tu ventana.
¿Sigues ahí vieja amiga?, gritaré una mañana
y me responderás con un rayo de luz
a través de tu ventana abierta.