En el espacio, espeso, paso, sin razón, con el pequeño verano en cada esquina, y las puertas cerradas de la infancia, al fulgor del vino ferroviario, en el eje de las copas del camino. Ya va el comino en los copos del otoño, dónde el tren salió sin calcetines.
¡Mira allá!... Los acordeones desayunan, y las sillas ríen con los rieles, rayos, y sacuden a los vasos, a veces menos. ¡Entre las muertes menos ligeras!. ¡Entre los montes menos lisos!. No llores… La madera es pura espuma, ...
Los corceles se desgarran por la sequía
del álamo en llaveros, agujas cultivando
tejiendo cadenas en las paredes rosas;
encuentran un verde, buscan al sol un
elefante, lo ocultan, lo evaporan, lo hay
y hacen río y nube en sus colmillos ya. No se sabe, del sabor pálido apagado,
ni del hierro en la caja enmudecida;
del grito en la escalera atropellada
sobre los pastos de vidrio caro ralo
en las caras del camaleón asustado
en las jarras luciérnagas de azúcar. Acá, bajo el zapato, la sangre huele,
lágrimas y risas, nerviosa oruga hoy
en el mástil estéril del estiércol hoy
donde los cascos desgranan plumas
grises, las persiguen las acosan hoy
y sepultan entre igno...
CANDIDEZ CATILINARIA
Autor: JOEL FORTUNATO REYES PÉREZ.
Sigue y sigue, sigue pues, asesinando,
al pino, al roble, al aire mismo,
ya mañana tus retoños serán polvo,
y en la caja sus cenizas.
Ya en la piedra el vino, se embriagará,
con la geometría en calcetines,
y un lápiz llorará, tierno acero.
En florido balcón y juventud,
sangrando los últimos refugios.
Ven, almacenista.
¡Vamos al almario dulce y frío!.
Con la grisura del aliento.
Aunque grisáceo vea todo blancura.
¡Vaya dulceza de dulcería barata!.
Porque persuadió al pañizuelo picudeado.
Paupérrimo patituerto perdulario.
Donde preciosura presuponía.
¡A los arácnidos persuasi...
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