ITAKA

Como alma solitaria,
recorro cada rincón
de mi casa.
Deambulo sin rumbo,
perdida en nebulosa
gris plata.
No se que busco,
quizas nada...
puede que todo
lo que llene mi alma,
vacía, desolada.
En mi presente, recuerdos
de una vida pasada.
Comenzar de nuevo,
retomar el vuelo,
agitar las alas
y despegar fuerte,
muy fuerte, ¡con ganas!
Sin mirar atrás
sin pensar en nada.
Delante de mí,
una nueva etapa
libre de miedos
y desconfianzas.
A mis espaldas,
el dolor y el desamor
de quien ama.
En el cielo,
estrellas de colores,
iluminan mi cara.
Destellos de luces
cubren sombras lejanas.
Renacer de nuevo,
con calma.
Surcar los cielos
y atravesar montañas.
Perseguir mi sueño,
no morir...sin nada.
...

Sentada en tu regazo,
me balanceo.
Mis brazos,
rodean tu cuello.
Mis manos,
acarician tu pelo.
Tus ojos,
me miran,
desprenden fuego.
Me sobrecojo,
me ivade el deseo.
Sentada en tu regazo,
me balanceo.
Te abrazo, me abrazas.
Me besas, te beso.
¡Qué pasión, que ganas!
de fundir,
nuestros cuerpos.
De entrelazar,
nuestras manos.
De morir,
de deseo.
Sentada en tu regazo,
me balanceo.
Todo mi cuerpo,
¡tiembla!
cuando te observo.
Te miro, me miras
Se para el tiempo,
tiempo muerto
para amarnos,
en silencio..
Sentada en tu regazo,
me balanceo.

Entre tu y yo
amor y deseo
fina línea
que dibuja
el viento,
que sopla de cara
y viene de lejos.
Zozobra mi alma
me invade el miedo.
Mi cuerpo tiembla
¡No se qué siento!
angustia, llanto,
desconcierto.
Extrañas sensaciones
¡Me tambaleo!
Ya no me llenan
nuestros encuentros,
mi alma, vacía
de sentimientos
prepara el camino
hacia lo incierto.
Me voy sin prisa,
mi compañero:
El viento...

Desde mi soledad,
en lo más profundo,
estás tú: Mi alma!!
rota, hecha añicos
por el viento,
viento frío,
que duele
si te toca,
que entomece
mis manos
y enmudece
mi boca,
que sigilosamente,
atraviesa mi ropa
cortando girones,
destrozando
mantos invisibles
con olor y sabor
a tristeza.
Lágrimas desbordan
ojos, aquellos
que un día
brillaban y reían.
Hoy,
lágrimas de sangre
tiñen mis pestañas,
lejos, la risa
más lejos, las ganas.
Sentimiento vacío
el que me acompaña,
sólo dolor, desengaño,
nada...

De nuevo,
Sola.
Cada vez que te vas,
mis manos, tiemblan
mis ojos, te buscan
mi piel, te añora
¡suspira mi boca!
Ya no estás conmigo,
te debes a otra,
que tu cama ocupa,
que llena tus horas
tus días, tus noches.
Sentimiento vacío
el que te provoca.
Mientras, yo te espero
te sueño impaciente.
Quiero fundirme
contigo.
Llenarte de besos
caricias,
deseos de amantes.
Sentimientos prohibidos
que nacen
a cada instante,
apasionados, intensos,
desconcertantes,
envueltos en mentiras
con lazos brillantes.
Anillo de compromiso
en su dedo.
Caro diamante.
Preguntas zafias,
respuestas
disimulantes
realidad oculta
bajo otras sábanas
entre otros brazos,
con otros besos,
otras caricias,
otros amores,
llenos de vida:
¡Los de su amante!...

Ya no puedo compartir,
más, de lo que comparto
contigo.
Tu camino y mi camino,
ya no es el mismo.
En el tuyo,
me he perdido
por seguir tu ritmo.
Ahora en la nada,
casi en el abismo,
quiero volver al mío.
A mi soledad,
a mi lugar escondido,
a mi armario
con mis viejos vestidos.
Allí, en brazos de nadie,
podré olvidar,
los momentos vividos,
los tuyos, que no míos.
Momentos, sólo momentos
de fuego, viento y frío.

Tienes porte de princesa,
eres única.
Princesa de ojos tristes
y sonrisa oculta.
Tu corazón llora
por un príncipe perdido,
él, te elevó al cielo
e hizo que tocases
las nubes,
con la yema de tus dedos.
No te dejaron,
princesa
vivir tu cuento,
¡se te rompió el alma!
te desgarraste
por dentro.
Más tu grandeza,
hará que sonrías
otra vez, de nuevo
y volverás a tocar el cielo,
con la yema de tus dedos.

Subida a sus tacones,
se pasea por la vida.
Nadie camina
como ella,
por eso,
despierta envidias.
Los hombres,
la miran.
Las mujeres,
la critican.
Menos que nada
le importa
lo que de ella,
se diga.
Sólo, los que la conocen,
saben como es
su vida.
Su alma es grande,
sin necesidad
de alzas que aún más,
la ensalcen.
Pues desde arriba,
no mira,
y que si lleva
tacones,
es mera coquetería.

Ya no me duele
arrancarte
de mi corazón,
porque
como muerte
lenta,
poco a poco
te has ido.
Has dejado
hueco, vacio,
ya no es dolor
ese, ya lo he
sentido,
en pasado,
en mi destino,
escrito.
Mi corazón,
has abandonado.
Hubiera parado
el tiempo, si Dios
me hubiese
escuchado,
amarte hasta el
infinito y reir,
siempre contigo.
Cogidos
de la mano,
caminar
unidos,
tropezar
juntos,
levantarnos
al unísono,
descubrir
lo profundo
de ese amor
regalado.
Pero tal vez
mis súplicas
no llegaron
y como muerte
lenta,
poco a poco
te has ido,
has dejado
hueco, vacio.......

Quisiera decirle
a todas horas
¡Te quiero!,
demostrarle
a cada instante,
que no tengo
miedo.
Que mi amor,
es puro,
que así lo siento.
Pero él,
no quiere,
no me deja,
corta mi vuelo.
Mis alas,
cansadas,
casi heridas.
Mi alma,
en desconsuelo.
Quisiera gritar,
pero no puedo.
Quisiera llorar
diamantes negros,
que cubran
mi rostro,
que inunden
mi cuerpo.
Pero sólo
tengo fuerzas
para seguir
sintiendo.
ya no hablo,
ya no digo,
ya no sueño.
Sólo en mis labios
un tímido
¡Te quiero!