Jose Luis Valles

Me acerqué a tu risa cantarina
cual la de una fuente en la montaña
entre rocas muertas escondida
procurándoles sabor, color y vida
como tú me das a mí, mujer querida.
Con mis cabellos rondando en tu regazo
cálidos tus brazos en los míos
se cuelan tus perfumes en mis labios
como aroma de una fresca mandarina
robada al albor de la mañana
del árbol que en tu huerta se regala.
Y allí, golosos de mi calor, tus abrazos
abruman y atosigan las prisas de mi avaricia
por tocar tu piel, tan tenue como sedosa
oprimiéndose hasta mí con su delicia
en tanto mi piel sobre ella se desliza.
¡Ay amor! que poder contienes en la boca
cuando atiza las brasas de tu risa
calcinando la pasión que me provoca
las formas de esas sedas que imprecisas, avivan
tu ausencia y a mi memoria aturden e in...

Desde mis torreones
observo tu atalaya
hecha de bellas confusiones
vertidas en mis alas
para qué, dividido por nieblas intangibles
jamás pueda encontrarlas.
Aromas fascinantes
confunden a mis manos
trazando nigromancia
de hechizos sin enmienda
perpetuos caminantes
por tierras de ignorancia
hacia lo que no hallamos.
Para que tú me añores
tengo que atormentarme
con sueños imposibles
celosos sufrimientos
dolientes sinsabores
sentidos intangibles
que no han de abandonarme.
Y soy tu amante sin embargo
porque prefiero estos celos
a un dilatado letargo
en el colmo de estos sueños
que compartimos entrambos.
¿Cuando yo no esté, que harás?
¿A quien cargarás tus errores farsantes
creyentes de las cadenas repetidas?
Mi rostro, comprensivo, de miradas no fingidas
no podra m...

No sé como alimentar
esta avaricia que tengo
de lo oscuro de tus ojos
y del calor de tu cuerpo.
Me vuelve loco pensar
en ese rico abolengo
de tus ojos al mirar
diluyéndome por dentro.
No me vayas a olvidar
chiquilla de mis tormentos
cuando este amor se convierta
en tiernos ecos del viento.....
pués aún en esos momentos
en que no pueda escuchar
a ciertos cipreses negros
aún entonces vida mía
jamás dejaré de amar
la sed que tu piel tenía
y las loas de tus besos.

Puesto que creí en ti, ansioso amigo
cuando llamabas a mi vida, lastimoso
odiandote tú, sumido en el apestoso cieno
me acuden las lágrimas ahítas de sal
amargas como la fútil ruda
en su brebaje fatal y venenoso.
Sellaste la palabra con cemento
atizando el fuego anaranjado a la hojarasca
breve copia insignificante de tu ser
que cierto tiempo fue hermoso
y acaudalado señor de libertades.
Precisamente por ti, creció la duda
sobre la lengua ebria de vanidades
donde el polvo era el señuelo
que su carne retorcía en el anzuelo
destrozando lo mas bello de tu cuerpo
retorcido entre ilicitos lodazales.
Te amé y tendí las manos
quitandote la aguja de los dedos
cortando esos pechos con polvos inhumanos
y dándote a beber néctares nuevos
para así, sellar ojeras viejas de tus ojo...

Siento la soledad
abriendo heridas en la nube
celosa de la presencia prometida
que ya nada envuelve
de aquella brevisima ansiedad.
Mi compañía es el viento
amigo indestructible
asiduo compañero
hecho de sentimiento
protegido e invisible
mudable y marrullero.
El búho, me mira hierático y real
con sus ojos de un rojo de brasero
casi anaranjados
preguntándose....¿Que hará ese animal
erguido y hablando con el cielo
con gestos enojados?
Me siento yermo, como un desierto
enorme y seco
soy...un destierro solitario
alegre borrachín
perdido entre el eco
monótono de un viejo glosario
con arenas arrastradas por el soplo inquieto
del céfiro novelesco.
Amo tu soledad....y la mía
cuando a nada te precisa su compañía
pero no me confines al olvido
porque es......la muerte para...

Me corteja el malestar, me acompaña
cual mirada que contenía la montaña
y no esperaba al amanecer en el bosque
porque se escapó con la nieve al agua
entre pedregales grises y espumas blancas.
Desasosiego en el lápiz manoseado
indagando la esperanza de un diseño
adonde el pasado, repusiese su presente
entre reliquias de dibujos zozobrados.
Muere mi osadía en ese lector desconocido
que angustiado, retiene mi poema
con su rebelde testimonio. ya hoy perdido
entre el azul sollozo de la pena.
Esta tierra, el agua, refugio de un espejo
reflejando el espacio que las ama
y transporta su gratitud a estos ojos
que entre hechizos, alzan la clemencia a mi mirada.
¡Es el hombre! corroyendo la pena de la presa
que complacida, de nieve se llena las entrañas
hasta devorar en su hoguera...

Arrimo a tu piel, la suave tela
para que el frío no te vea y te despierte
¡Duerme mi amor! que el mío estará en vela
cuidando que Morfeo no se inquiete
llevándose el descanso del sueño que en ti vierte
'Duerme mi amor!.....que el tiempo vuela.

Sentir desnudez en mis orejas
rojizas y brillantes por el hielo
del cielo
no me ahoga saber por qué me dejas
porque sé, mi amor, como te quiero.
¡El amor es así! desdenes y caricias
ahitas
de nobles jactancias y de albricias
con ayes suspirantes
detonantes de auroras no queridas.
A las nueve y cuarto
te imprimo en mi pupila unos instantes....
¡Ebrio de ti! casi harto
me retiro a la soledad del rudo esparto
entre colores oscuros......de oscuro y pardo
como las alpargatas que van hollando
tu tierra, con mi amor, pasito a paso.
Tan áspero y tan cortito, el beso de despedida
me pareció
que no supe, amor, tomar medida
de aquello que sucedió.
¿Fue o no fué?
Admito yo
que noté como un suspiro
al aire que provocó
tu piel....cuya calidez admiro.
Aún hoy, no sé
si me soñ...

Quitame los rizos de la cara
con las pinzas que retozan en tu pelo
pues mis manos las tengo destrozadas
de intentar colgarme de tu cielo.
Que eres tu,cual Pléyade furtiva y rara
escondida y brillante tras el velo
de energía esplendorosa que ocultara
siete estrellas a los ojos que poseo.
Yo no sé, hermana mía
por qué reniego y desespero
si soy.....como tú, distante y clara
sin tiempo, sin hora....sin día
tomando siempre lo que quiero.
Pero....¡Ay amor!
cúrame esta herida que está abierta
entre medio del sueño y del desvelo
posa tu piel, dulce e inquieta
acariciando con ella mi cabello.....
mientras........escribiré tu risa
con la sangre que brote de mis dedos
bebiendo la noche de tus ojos
para saciar la sed de este desierto
que es la duna del olvido de mis versos.
...

Capaz soy, querida, capaz de amarte
como la luz adora sin cansarse
a ese brillo de alegría en tu retina.
Alborotada está la noche, en su intento
de robar tu mirar y encarcelarte
en la vil oscuridad donde aglutina
el ansia que le sirve de alimento.
Nada importa si tengo tu mirada
iluminando las costas de mis mares
donde se escuchan las olas reventarse
según la luz que que limita los fractales.
Velan mis ojos, ansiosos de mirarte
que no llegue la noche
con su broche de sombras a buscarte
pues ansío para mí toda esa vida
que vive en tus ojos cada instante
alimentando este amor hasta saciarme.
Capaz soy, mi amor, en tanto quieras
de amarte eternamente....si quisieras.