| Mendigo de una ilusión, confundo cada luz que se enciende con el calor del sol. Me arrastro, cuando todo lo que soy debería mantenerme erguido. Me equivoco, y cada ridícula apuesta, solo suma olor a fracaso y aporta una dosis extra de soledad, que remonta mi memoria al pasado, envolviéndome en una telaraña de recuerdos, que atesoro con demencial cuidado, basándome en la estúpida creencia que todo lo que fue volverá a ser, y que detrás de las nubes el cielo sigue siendo azul... Juan Leandro Alzugaray
Ya todo terminó... Tu estrella, que brillaba en mis noches de amargura, está cubierta por densas nubes de olvido, de incertidumbre... ¿Pensar?... ¿Cómo hacerlo?... Si por mi mente revolotea tu nombre inquieto, sin dejar de distraer mis ideas. ¿Buscarte?... ¿Para qué?... Si solo te encuentro en mis recuerdos y lejos de ellos, situado en esta realidad, mis palabras mueren contra una gris muralla de silencio e indiferencia, creada por tu afán de ignorarme. Juan Leandro Alzugaray
Recuerdos que han sido, recuerdos que no fueron, recuerdos que se han ido, recuerdos que murieron... Recuerdos en mi mente, recuerdos en mi alma, recuerdos que lastiman, recuerdos que traen calma... Recuerdo los hogares, recuerdo tantas calles, recuerdos generales, recuerdos con detalles... Recuerdos de plegarias, recuerdos de osadías, recuerdos de esas noches, recuerdos de esos días... Recuerdos de mil bocas, recuerdos de mil ojos, recuerdos de valientes, recuerdos de despojos... Recuerdos de las aguas, recuerdos de los vientos, recuerdos de alegrías, recuerdos de lamentos... Recuerdos que son tristes, recuerdos muy graciosos, recuerdos de sumisos, recuerdos de tramposos... Algún recuerdo marchito, otro que lento ha florecido, y entre tantos recuerdos el tuyo, al que nunca olvido... Juan ... Solo doce días al mes... Me ocupo de inventariar soledades, hago un recuento total de mis fantasmas y me divierto escuchando historias antiguas... Solo doce días al mes... Busco en mis manos inexistentes soluciones para ficticios problemas cotidianos; sacudo telarañas y doy mi cabeza contra las paredes hasta desangrar en ideas de dudosa aplicación... Solo doce días al mes... Reniego de mi suerte, imagino situaciones viejas, cambio personajes en mi historia, y me río con demencial cuidado... Solo doce días al mes... Veo en el horizonte sombras que enlutan al cielo, imagino aves voraces que ansían carne, y entonces, intento no confiar en demasía... Solo doce días al mes... Me levanto cansado, estudio las formas usuales, y doy mal mi lección de monotonía Solo doce días al mes... Me rebelo, me defiendo con corta... Mi deseo te recorre, mis ganas te dibujan, necesito el mapa de tu cuerpo para que el perderme tenga sentido y destino... Te delineo, ideo tus formas, mientras mis manos cansadas de acariciar vacío, quieren llenarse de vos... Sos un ángel, un sueño, una ilusión, una imagen extraída de mis fantasías, y por la magia de la pasión contenida, convertida en realidad ficticia, irreal... Te deseo, mi cuerpo no entiende de razones, y tu ausencia, justificada o no, te convierte en necesidad, en dolorosa sed imposible de saciar... Cuando llegues, explotará el tiempo en mil besos y el transitarte será la constante del encuentro... Mi boca, tu sabor, se mezclarán en un juego interminable, donde el vencedor y el vencido serán imposibles de distinguir en medio de la confusión de nuestros cuerpos. Es que t... Me he despertado en medio de la noche, y nuevamente te encuentro, sentada en el borde de mi cama, viéndome en silencio, con esa fría mirada que ensayaste, esa mirada casi sin ojos, ni dirección... ¿Sabes?... no creí que volverías, pero sin embargo tus pálidos labios, que practican sin éxito todas las sonrisas , me demuestran el porqué de tu regreso... Mmm..., es lógico, uno se cansa de todo, incluso de ser un recuerdo... Sin embargo, esta aparición tuya, tan repentina, tan silenciosa, en medio de lo oscuro de la noche, no me permite comprender del todo la urgencia de tu presencia... ¿Porqué no hablas?, ¿Es que acaso tienes miedo que no te responda?... No temas, soy el mismo ingenuo soñador de siempre y hasta podría creerte una vez más, si quisieras volver a mentirme un te quiero... Me lastimast... Otro mundo se derrumba, y con mi antigua paciencia, trato de revolver los escombros para rescatar algo que me acerque tu imagen. Limpio el polvo a cientos de recuerdos amorfos y los apilo, tratando de memorizar el orden en que sucedieron los hechos... De pronto, buscando entre las ilusiones rotas, descubro, debajo de un montón de sueños, a mi soledad que por un tiempo creí irremediablemente perdida. Le sonrío, pasando por alto el trabajo de saludarla, y la miro de reojo, tratando de ocultarle la alegría de sentirme acompañado, de que esté aquí... De pronto, en un acto desesperado, se me pega a las manos y me invade, recorriendo mis venas con vertiginosa ansiedad... Ya no me encuentro tan solo, mi soledad me acompaña, será por eso que dejo de revolver recuerdos, me recuesto, cierro los ojos... Tu te fuiste, yo me quedé... Con el recuerdo de tu piel en mis manos vacías; Con estas ganas huérfanas de ti; Con esta sed no se apaga con tu ausencia Tu te fuiste, yo me quedé... Esperando el milagro del regreso; Sonriéndole a mi sombra; Llenando de piel el vacío de tu amor. Tu te fuiste, yo me quedé... Aislado, en el abismo del pasado, Sin presente, sin futuro... Tu te fuiste mi amor, yo me quedé... Me quedé sin ti... Juan Leandro Alzugaray
La soledad me sirve de refugio... En ella todo defecto se disimula, todo error se perdona... Más allá del monótono paisaje que encierra su oscura bruma, todo se torna más ameno, más grato... La tranquilidad que me brinda solo es comparable con la paz total del silencio, cuando las palabras ausentes no osan profanarlo... Al ocultarme en ella, me siento transportado hacia una dimensión distinta, sin odios, sin recelos, sin mentiras... Sin embargo hay algo, que mis cansadas ganas no quieren entender... Y es que, por llevar tanto tiempo hundido en sus penumbra, mi alma ha involucionado, para adaptarse, y hoy no es más que un retazo gris, con olor a tristeza, que flota silenciosa dentro de esta esquelética coraza de monotonía... Juan Leandro Alzugaray ... Todo fue inútil… Intenté treparme al olvido, pero tu nombre se colgó de mi alma y anidó allí, en lo más profundo, negándose por todos los medios a abandonar su lugar… Quise luchar, no resignarme… Pero ya nada es igual, estoy un poco más cansado de lo que llegaste a conocer, y juro que no pude hacerlo… Deseé alejarme… Pero los vientos inicialmente no soplaron, y cuando por fin lo hicieron, no fueron lo suficientemente fuertes como para remontar las toneladas de tristeza que se apoderaron de mis ojos al saberte lejos… y de otro… Quise borrarte de mi memoria… Pero tu frágil nombre explotó en mi mente, y las esquirlas, que se esparcieron en cada uno mis actos, me hicieron imposible olvidarme de vos… Finalmente pedí a la luz de mi razón, que me hiciera entender esta inutilidad de esperarte… Pero cínicamente se ap... | | |