Con la fuerza de sus olas
de espuma blanca repleto,
entraría por sus recovecos
inundando rincones secretos.
Lamería los pies de la orilla
con su lengua de agua dorada
llenando el vacío de la nada
de esa huella tuya olvidada.
Salpicaría de versos tu cara
al romper sobre ti su energía
y aún así, y más todavía
tu humedad abrazaría.
Y sin pensárlo demasiado
regalar de mi mar una estrella,
o del cielo, la más brillante y bella
para llenar ese hueco de tu huella.
El 'Mero' fue un pescador Cabopalero con un carisma especial que marcó mi niñez y me ayudó a comprender, amar y respetar al mar. Ya de niño me asombró El tono de tu piel morena La rudeza de manos llenas De cicatrices y de sol. De pelo acaracolado, Pescador siempre de negro Conocido como 'El Mero' Entre la gente del poblado. En los días de mal tiempo Al abrigo de la galerna Frecuentabas la taberna: ¡ Más vino contra el viento ! Me invitaste un día a pescar En tu barco desvencijado Y yo, muy niño, acobardado Prefería imaginar. No sé que día no volviste En un caluroso verano, Hoy te recuerdo, hermano, Con nostalgia y algo triste. Valga para ti, marinero, Este recuerdo añorador Contenido y evocador A un pescador: 'El Mero'. ...
De Poesía Desarrapada El día se cerraba como gato rojo y negro, como carne descarnada colgando piel y huesos. Rotas nubes partidas se ahogaban en el mar en batalla perdida imposible de ganar. Y con sus ojos guiñados el negro cielo de sangre arrojó un viento helado de mar muerto de hambre. Un rayo en último suspiro le obligó a mirar abajo, sonó un seco estampido y voló al acantilado. Asustadas siete gaviotas brincaron alrededor viendo la cara de idiota de un triste perdedor. La vida siguió sin él, inestimable compañía de soledad, y de hiel, de un muerto en vida. Así y todo sigue el fluido como dijo el poeta aquél, aunque seas excluido sigue avanzando el tren. ...
Es mi carne como un río que los peces aprisiona, que se seca en el estío que a mala suerte abandona. Está mi yo en un estuche, en un hoyo gris, voraz, germen de mi alma en el buche de una hambrienta ave rapaz. Es mi cuerpo el envoltorio de mi espíritu encerrado penando en un purgatorio como pájaro enjaulado. Deseando estoy levar las áncoras de la vida, amar, soñar y volar y dejar de estar dormida.
Tempus Fugit, Carpe Diem... Se me va el cálido estío, y si allá en el mes de abril la primavera gentil otorgaba nuevo brío al cansado cuerpo mío, hoy el frío sin clemencia se adelanta sin paciencia, se me bebe la alegría dejando mi ánima fría vista ya para sentencia. Vuelve el ciclo de la vida a matar lo que engendró y encogido pienso yo que la vida se suicida en carrera enloquecida. Ya emigra la golondrina, torna la Parca asesina dispuesta a amargar la miel, vestida de otoño cruel dispuesta a echar la cortina. Pero es ese mi destino: nacer, desaparecer… mas aunque no quiera ser peón en fatal camino ni hoja seca en remolino, no ha lugar que más insista, inútil, salta a la vista, este mi cuerpo mundano me lo devorará Urano y no hay ser que se resista....
...más Naturaleza, por favor... Sórdidas venas de asfalto vestidas de negro luto, esqueleto de escorbuto, fea red por todo lo alto. Caminos hacia la Nada, pestilentes tuberías atascadas cañerías de chatarra oxidada. Muy lejos de este gran lío de cemento y alquitrán mis razones vienen, van como sierpes en el río.
Pintura costumbrista... En un banco mal pintado de un olvidado jardín consume el tiempo sin fin un anciano jubilado. Da miguitas de pan duro a un grupito de palomas y respira los aromas de olores suaves y puros. Con la mirada perdida lleva la mano a la frente pues algo asalta su mente, como fuerte sacudida. Saca un papel del bolsillo, un lápiz de la chaqueta, y como un loco poeta escribe un verso sencillo: 'Dame pan, Dios bienhechor, para mis buenas palomas, que aunque un servidor no coma no falte afán creador'.
Gracias por no dejar ni una pizca de amor fuera de nosotros... ¿Ha sido un trueno, o este corazón mío? -la mañana llueve húmeda y hermosa- y con sus párpados de mariposa clava sus ojos en mi pecho frío. Es tan tierna su amorosa mirada que el miedo que me recorre la espalda busca refugio y regazo en su falda y se diluye hasta quedar en nada. No temeré los inviernos altivos, pues al mirarme y tomarme la mano se me transforma en perenne el verano y en eternos los instantes furtivos. Otro trueno, y la lluvia en el cristal repica al son de nuestros besos de agua y siento como entre ella y yo se fragua tormenta de deseos sin final.
¿Se deben poner puertas al campo? La rima hoy está desvirtuada, Impera en versos libres de ella Aspira a ser igual, más bella Que a ley de rima encorsetada. Crear poesía sin rima Hace volar la pluma fácil, Y así la imaginación grácil La creatividad anima. Pero pienso, y hasta me barrunto: ¿Dónde la musicalidad Que acerca el verso a calidad De canción que adorna el conjunto? La norma clásica me obliga A seleccionar las palabras, No basta el verso que se labra Con poca o menguada fatiga. Prosa poética es oficio, Pues sin la rima ni la métrica Carece de natural música Y ritmo del buen artificio. Quiero con mi humilde argumento Alzarme en favor de la rima Que su dificultad sublima A son de música e instrumento. ...
Con odioso amor. Gracias por tu profesionalidad... Querida dentista temida, Me haces transpirar alerta Me dejas con la boca abierta Y con la mejilla dormida. Te acercas -y yo en tensión- Con el torno en la mano, La caries de aspecto insano Machacas con precisión. Tu cara junto a la mía Me hace perder el juicio, Esa muela que en perjuicio Emergió díscola en mi encía. Deseos de citas futuras Permanecen invariables Hasta que con sonrisa amable Me extiendes las facturas. Volveremos tú y yo a vernos, Mal que me pese a mí Pues no es cuestión baladí A la fuerza conocernos.
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