CARTAS SIN RESPUESTA
Cual mariposas en vuelo pausado,
Buscando una flor donde posarse,
A tus manos mis cartas han llegado,
Misivas con alma que nunca perece.
Cartas que hablan de tu ternura,
Tu hermosura y bondad sin par,
Dicen mucho de tu alma pura,
Que al leerla te hacen suspirar.
Tembloroso tengo las manos,
Por la emoción y locura de escribirte,
El corazón me dicta estos versos,
Que con avidez tú las leíste.
Amor mío, nunca dejes de escribirme,
Me dijiste aquel bendito día,
Te escribiré siempre amor sublime,
Aunque decidas ya no ser mía.
Cartas de amor sin respuesta,
Son plegarias hechas al olvido.
Esperare sin la esperanza muerta,
Comprendo, para escribirte he nacido.
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Esta noche poeta quisiera ser; Trovador loco, romántico y soñador; Los versos mas bellos poder escribir, A la mujer amada que me dio su amor.
Quiero hacer eterno este momento; El nácar de su ser bebí de sus labios, Ella me entregó su amor, todo su encanto, Yo le di mi alama mi ser y mis besos.
Cubrí de besos su cuerpo tembloroso, Embriagados los dos de sublime ternura, Fundidos en llamas de pasión y embeleso, Llegamos al edén con el alma pura.
Los ángeles himnos en coro cantaron, Testigos de nuestro amor sin reservas; ...
Al cantarte, mujer, me canto a mí mismo,
porque soy gracias a ti quien soy,
porque cuando sueño tú estás en él
y despierto, habitas en mí, como el aire
y el sol, las frutas, la risa, la alegría
Mi canto te canta, mujer, por no estar solo
sino con tu compañía aunque estés lejos,
porque cantándote te hablo, te digo, te confieso
que tú eres el verso mayor de mi poesía
y la más dulce nota de mi sentimiento;
Al cantarte, mujer, me canto a mí mismo,
porque así libero mis entrañas de tristezas
mis días de agobio y tedio, de soledades;
te canto por si me escuchas, contra el olvido,
contra mi muerte, por un respiro de vid...
Sin ti me falta algo para ser quién;
no importa tu nombre, color de piel,
grado de hermosura ni posición social
Se que sin ti soy incompleto como hombre,
como humano, como amante,
que todos los triunfos nada son, nada serán
si tú no estás. Sin ti no puedo ser yo,
como quisiera, a fin de entregarte mi existencia,
que gracias a ti, existe, sueña, espera, ama
Tú eres el cielo en esta tierra, el paraíso de carne
y huesos, los copos de azucena, los pétalos de nieve,
la llama inextinguible, el rocío de verano,
el susurro de los vientos, la neblina de las tardes,
el canto de cigarras, el golpeteo de los grillos,
el color maduro del mango, la miel, el nido,
el flan de pan, la ...
Tómame fuerte entre tus brazos suaves,
suéltame,
contágiame con tu fugaz incendio,
bésame,
inúndame con tus húmedas caricias,
muérdeme,
descúbreme con ambas manos tibias,
lámeme,
dibuja el amor en mi amplia espalda,
cómeme,
con tus hambres de mujer insumable,
apriétame,
estréchame entre quejidos sin soltarme,
sujétame,
no quiero despertar si aquí no estás,
ámame,
para sentir que estoy vivo, y tú conmigo!
Antes de partir quiero dejarte algo mío y tuyo,
que es bien poco pero a la vez, es todo,
no es oro, chequera ni diamantes
ya que bien sabes que no soy amigo
de las cosas que son más vacías
que los huecos de la tierra
No, amor, te dejo este mi universo azul
en tus manos, en tu memoria,
él fue habitado por ti como por nadie,
gracias a ti, a tu existencia,
a tu cercanía, a tu sentimiento,
al calor de tus besos, a la suavidad
de pluma de tus caricias,
a lo susurros felinos de tu voz,
a tus arrullos tempraneros, vespertinos,
a tus silencios, semejantes a los sueños
sin palabras, como un lago quieto
Antes de partir, amada,
quiero decirte mi último deseo:
no me olvides ni me ni...
El aroma del café inunda la casa,
junto a la taza, un par de arepas calientes,
un huevo duro y jugo de naranja
En el radio suena el saludo mañanero,
el gato echado a los pies de la mesa
oteando el ambiente, canturreando,
por el ventanal del patio asoma el sol
Y tú, fresca, sonriente, invitando
a desayunar como si fuera domingo
cada uno de los días a tu vera
diciendo, para que no me olvides...
¿Cómo sería posible hacerlo
en medio del laberinto de la vida,
que tú y yo nos perdamos de vista
ni desatemos los nudos del corazón?
El café humeante despierta, relaja,
entre su vapor me cuentas tu sueño,
sonríes como niña qui...
Cierto es que una vez te dije que te amaba como a nadie,
y entonces era mi innegable verdad; cierto que nunca
fui así de feliz sino estando a tu lado, dormido o despierto,
saboreando los tallarines con salsa de queso parmesano
que cocinabas solamente los domingos al mediodía,
mientras yo tocaba en la guitarra los gemidos de un bolero
Todo esto era nuestro día a día, hiciera sol o lloviera a cántaros,
jugueteando con el futuro dibujando sueños, persiguiendo nubes,
observando las piruetas del gato ceniza recogido de la calle,
del cual sentía un poco de celos cuando dormitaba en tu regazo
Sin embargo, la vida guarda sus insospechadas sorpresas, y
en medio de aquello que se consideraba algo in...
Cuando sales de casa en dirección al mercado,
voy contigo. Tú no lo intuyes. ¿Cómo? Te miro
hasta perderte de vista pero te retengo en mí,
sin que tampoco lo sientas ni sospeches. Son
las pepitas de secretos que no te las muestro
porque forman parte de mi tesoro íntimo,
escondido en los recovecos de mi corazón; es por
eso enteramente mío, que parece ser más valioso
porque nadie fuera de mí, te lleva como yo
Cuando sales de casa te acompaño sin que lo notes
pero estoy a tu vera porque no puedo estar sin ti,
porque eres el principio y el fin de mi alegría
Cuando sales a alguna parte no me quedo solo,
tú estás conmigo como si no hubier...
Lleno está el cuarto. Lleno con tu aroma,
con tus labios pintados de rojo, de gemidos
En las paredes, en los marcos de la ventana
que da a los techos vecinos. Están colgados
de los cuadros pintados por tu hija, sobre la mesa de noche,
junto a dos gatitos de terracota color gris tierra
En las frescas flores de tu jardín, claveles, como siempre,
rojos, en el vaso color marfil sobre un mantelito de crochet
junto a tu imagen. Para tomarlos en cuenta no preciso abrir los ojos,
los siento con mis cinco sentidos. Se que están ahí, aquí, revoloteando
cual mudas gaviotas en un perenne vuelo, o dispersándose, subiendo,
bajando en el reducido espacio del cuarto, tu dominio, tu trono, mi sol
y mi c...
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