Tu mirada domina mi ser

No se puede amar en la distancia

en la lejanía de un callado amor

No se pueden decir tantas cosas

y pretender acertar en la mejor

No sé si mi voz alguna vez te llega

a los predios de tu dulce amor

Si los sentimientos que en mi despiertas

son el resultado generado por dos

O simplemente es la respuesta

que encuentro al cruzar el camino

la que confieso mi soledad cuando miro

y de inmediato descubre a mi solo yo

A veces, de día, asomas tu sombra

proyectando los hermosos sueños de ayer

Otras me siento a oscuras porque mis ojos

que tanto de ti gustan, no te ven

A veces, las más, te siento cercana

como al aroma de una flor en pie

otras lo digo sin ganas no distingo tu esencia

pues sé que el miedo te hace perder

Te extravías en la ruta del silencio

como si llegada al convencimiento

que en esta vida no hay nada más

dejas que duerman tus sueños

y pierdes el vivir la ilusión, el amor

que guardo, bien sabes para ti

No te conozco, no me conoces

somos desconocidos en un mar azul

que una tarde, de un día especial

el viento del norte nos vendrá a juntar

Tu boca, tu cuerpo, manjares que ansioso aspiro

como el poder apreciar el brillo de tu mirar

serán testigos confusos pues jamás

alguno de ellos logrará encontrar

las causas de la ausencia, de la soledad

Llegará el momento en el que cavilar

si tú y yo sabemos que nos amamos

sin habernos tocado las manos

cuánto más se podrá esperar

cuando tus labios duerman en los míos

tu lengua descubra mis sueños

mis manos conviertan ese hielo

en figura maleable, a la cual amar

Samuel Akinin Levy