Usuario - - Acceso de Usuarios | Viernes - 29.Marzo.2024 |
Estás en: Poetas noveles ¡Yo también tahuasho, César! ¡Yo también sé de ese Viernes Santo que como un crespón maligno te arranco de la tierra! Hoy más que siempre compongo tus verdades inexactas, Tus razones magnéticas y telúricas. Ya he compendiado los pedacitos de tu pan quemado En el horno de mi corazón....y, sí, me huelen a Santiago, tu Santiago cholo, fundido en la mirada del Paco Yunque que llora su condición pobre y provinciana. Dices tú haber nacido cuando Dios yacía grave, Pero lo que no sabes, Es que también yo nací cuando Él rodaba ese dado no roído ,no malsano, que es la Tierra... Hay crepitaciones en mi alma zanjada de fisuras eneriles; hay deshojaciones y desojaciones en mis versos húmedos de lágrimas del llama aviada En mis recuerdos de infancia trilciana. Soy limeño, pero mi alma aflora a París, a España, a la Rusia comunista de los treintas; y sin haber vivido, ya las conocía. ¡Ven, Cholo! ¡Ven a jugar con nosotros a los dados! Esta vez ya nadie nos molestará, ya que no hay quien nos sirva, ni nos disuelva en el tiesto de su amargado cerebro! ¡Ves César! ¡Yo también escribo, no tal vez con mi dedo gordo como tú, pero sí con el meñique! Además ...¿por qué te pones los huesos a la mala? Dices que todos te pegaban, pero yo nunca te hice nada. ¡Shhh! Mejor no hagamos ruido, ya se ha hecho aquí de noche, y mi pie cloquea. ¡Apercibámonos César, ya van a servir el soufflé de la cena miserable, a la cual yo también fui invitado! |
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