Fiel aedo (III)

(El paladín recrea su mirada en el horizonte, donde mar y cielo trazan su inevitable línea. La vasta llanura del mar -que se extiende al oeste de la Comarca- siempre inspiró a los filósofos y lingüistas elfos. Los solitarios botes le ilusionan, pero tembien piensa en la Ensenada Profunda, donde está atracado Ventolux, un barco parecido al drakkar vikingo, pero en vez de estar adornada su proa con un dragón, lo está con una quimera. Mas en este promontorio donde templa su numen, esto que sigue corretea pon su mente):

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"Ojos invisibles que me veis:
¿hacia dónde habré de mirar,
sin que sufra descalabro?
Ahora reposo, cual reposa la tierra de labor,
durante un período de tiempo.
Reposo y al mismo tiempo reflexiono,
medito acerca del futuro,
de la conocida barbarie
o del paradójico bienestar
que posiblemente aquél nos puede deparar.
Los trolls, esos prepotentes seres,
salvajes en su condición,
con su rudimentario lenguaje,
aún no se han retirado.
Y aunque el campo de batalla está silencioso,
el griterío de la inminente batalla
llega hasta mí, como si fuese real.
Todo tiene límites,
incluso la beneficiosa libertad,
si es el otro y no sólo yo
quien verdaderamente importa.
Sí, nuestra esperanza será cual la de un navío
que lenta y candorosamente se hace a la mar,
esperando arribar a mirífica tierra".

(En ese instante llega, montado en brioso corcel blanco, otro guerrero elfo, vistiendo una preciosa capa élfica. Sólo viene armado con espada que lleva enfundada en su vaina, sujeta al cinto. Trae un mensaje urgente del Senado. El guerrero elfo se apea de su blanco corcel, a las faldas del promontorio, y lo deja amarrado a un árbol, junto al corcel blanco del guerrero hazañoso que se halla monologando en el elevado promontorio. Y cuando llega a su vera):

-¡El Senado reclama tu presencia,
valeroso Belno!-, le transmite
con potente voz.
-Vayamos sin demora, Ucrátor,
pues el Senado es de la Polis
su natural conciencia.

(Ambos guerreros elfos descienden el promontorio y, montados en sendos corceles, hacia la Polis cabalgan).

Extracto de mi poema épico "Fiel aedo".