Usuario - - Acceso de Usuarios | Jueves - 28.Marzo.2024 |
Estás en: Poetas noveles Y aquì sigo de pie, esperando a que tu vengas y escucho que el viento sopla por mi ventana y me imagino siempre que llegaras una mañana pero tu no vienes a mi, ni me llamas siquiera. Yo al quererte demasiado, coloque tu amor sobre un pedestal y a mi pobre corazon lo llenè de ilusiones no medì consecuencias, y me entreguè sin condiciones y nunca pensè que el amarte, para mi era mortal. Pero la gran tragedia, no es que tu no me quieras lo fatal de este amor, es que no te conozco y yo me enamorè de tì, sin que tu me dijeras que querias quererme, aunque fuera un poco. Y acaso el corazòn entiende de razones? ese, solo se entrega sin pedir explicaciòn; y se ofrenda y se dà y no pone condiciones pero cuando se rompe, sufre de desazòn. Dulce amor; yo quisiera cerciorarme como eres quisiera conocerte, y saber màs de tì porque solo tu nombre revolotea en mi mente, y no se lo que piensas, lo que vives o sientes, pero, solo una tonta, pudo enamorarse asì. Y si algùn dìa decides, hablarme y conocerme solo tienes que mandarme, una mìnima señal porque yo aquì te espero, y no pienso esconderme pues yo te necesito, y te lo digo sin pensar que si hay alguien màs que te ame, como yo a ti te quiero entonces; sin decir ni una palabra, yo me habrè de marchar. |
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