Olvidando los perfumes de la salvia.

Acariciando la hoja
amarilla ya, por el vacío de la luz invernal
coqueteo con las arrugas de la vida
que se va
sin deseo alguno de permanecer
al arrullo del aire disciplinado
que la mueve levemente.
Surge de ti.....la mano sutil y fantasmal
que abusivamente la despoja
de ese verdor enfebrecido
por el ansia
milenaria de reverdecer
ávidamente
a la nueva primavera.
Es injustamente hermoso
el canto que conlleva
y la voz que lo corteja
aunque sea un coro ligero y armonioso.
Al fin y al cabo, es la extinción de un amanecer
no muy lejano
que nuestros ojos disfrutaron.
Se ve que surge, la respuesta, de la lluvia
llanto y lluvia enrevesada en esa caída
injusta de aquel cielo helado....
pero que importa a la enquistada larva cancerosa
si el injerto se oscurece
olvidando los perfumes de la salvia.
Nada es nuevo aunque todo emerge
nuevamente con la muerte.
Eres libre tú, querido amigo, para creerte
insubordinado a la insigne nostalgia
esa hipocondriaca amiga de la soledad
reina sin corona alguna, cortesana indisoluble
en este casi circulo, candente y efímero.
Noto como surge de ti, breve hermano
sonrisas vastas de otros ojos secos
con lagrimas ahítas de sal y faltas de agua
donde el sonido, plagia las ondas de altas frecuencias
mientras se asolan los charcos viejos
obviando la necedad de sus palabras.
Así, me hundo en estas existencias
donde sobrevive la imaginación
con las rimas de versos encriptados
y solo huele a resignación....
sin aloe vera, sin auras de aromas enlatados
solo....la lluvia, mezclada
con los restos otoñales de ilusos verbos libertarios.