Síndrome de un otoño.

Voló alto en su sueño
como la evaporacion bestial de la tormenta
espiral apocaliptica, lluvia desbocada
síndrome de un otoño
con la capa helada
que en un barreño se alimenta.
Enjugóse la cara ardiente
febril, roja y sudorosa
por el esfuerzo que dolorosamente
destroza la imaginación
inquieta y pudorosa
amalgama de un solo corazón
con la idea de un enlace de esparto.
Pero el uno se quedó en el suelo
anclado en la caliza de esta tierra
no pudo volar ingrávido y altivo
porque nunca tuvo alas
como las de ese sueño que alardeaba
aquella mente privilegiada...........
y dolía el sudor escurriéndose insolente
por las arrugas de la cara
mientras sentia el sueño que exento de trabas
hacia la libertad se le escapaba
abandonando esta casta insensible, dura, indiferente
por la que ya nada lloraba.
Estoy triste, ¡Ahíto de tanto insolidario!
embaucadores, tragaldabas
gordos y falsos, fabricantes de argollas y sudarios
para ahogar el albedrío del hombre libertario.