Samuel Akinin

No nos conocemos, es verdad
Más eso es algo que en realidad
El tiempo se encargará subsanar
No nos hemos visto, es cierto
También que ya hemos generado
Un algo que crece como tú
Sí, crece día a día, sin parar
Es un vínculo casi celestial
Que reconozco me está cambiando
Veo que tú logras un cierto entusiasmo
Mismo que nace en mí a diario
También que haces brotar sentires
Insospechados en dos viejos olvidados
Sí, lo sé, tendré paciencia
Contigo haré lo que una vez hice
Aprenderé a ser, prometo trataré
Pues mi turno ha llegado
Ahora no puedo ni debo errar
Otrora lo hice, no me explico
Con qué sentido, ni por qué fue
Lo único que sé muy cierto
Es que antes de llegar aprenderé
Para que cuando necesites, esté
Éste que ya te quiere, sí, éste
Que desde ahora se desvive
En pensar en el después
Para más que nada complacerte
H...

Sin haberme facilitado, hoy me pides,
sin haberme querido, me exiges,
sin el poder recibir algo a cambio
me requieres que de una vez lo deje.
Acaso no ves, es mi compañía,
que al sentirme solo de noche o de día
con apenas un trago, se va la desidia,
se me extingue el dolor y todas las penas.
me siento bien con una botella de compañía
que no se entromete, exige, ni pide,
que concede, que acalora y penetra
en mi cuerpo y en todas mis venas.
Ves, ya no siento ni tengo tristeza,
no me preocupa el dolor, el mundo,
como tampoco el hedor profundo
que estando sobrio y consciente
a mi fresco olfato volando llega,
pues este mundo es una quimera
soportable por muy pocos,
más que nada, por aquellos locos
que se abstraen en su mundo,
que al no tener que pensar profundo
ya nada ni nadie les estorba.
Y yo que aún cuerdo me ha...

Mantengo intacto, el sabor de tu piel
del lugar donde rozaron mis dedos
y traído ahora en el recuerdo
el maravilloso instante aquél
vuelvo a sentir, el embrujo, hoy día
de esa pícara mirada tuya
en la que callada me decías
todo lo que de ti soñé o anhelé
y es que ha sido tanta la emoción
de esa experiencia sortaria
que si he de querer algo mañana
es repetirla no una vez, un millón
lástima que mis palabras se pierdan
en la inmensa oscuridad del alma
y que no te pueda este hombre
ni siquiera mencionar tu nombre
más aún sabiendo, no te llega
el canto con amor de este soñador
quisiera mi sentir te plasmara
el cómo despertaste a mi amor

El mes se está muriendo
El peso del pasado
De a poco lo está matando
Se acerca el fin de año
Y los recuerdos se enfrentan
Unos con otros van luchando
Pues quieren ser ellos
Los que a la larga existan
Tomo en mi mente un filtro
Lo saco de la parte más lejana
Me trato de olvidar
Con todas las ganas
De los que me hicieron sufrir
O pero aún, los que dañan
Mis maneras, mi inocencia
De algunos de ellos, me deshago
De otros, no puedo, por más que trato
Y ¿cómo olvidarme de mi padre
De mis hijos, de mi vida
De mi suerte, y mi dolor?
¡Imposible! ¡Ése no soy yo!
Con todo, algo queda
Lo encuentro y lo valoro
Son los gratos momentos
Que hemos vivido, tú y yo

Sé que soy algo injusto,
no he parado de pedir,
tu bondad no tiene límites
y, yo no dejo de exigir.
Sé eso y mucho más,
como que por mí darías
hasta una parte tuya de vida
y también complacerías
cada uno de mis caprichos
si, ellos me dan alegrías.
Es verdad, cómo negarlo,
son muchos, muchos años
y no puedo remediarlo,
pero ahora ya viejo
como casi en un pedido final
quisiera me dieras de nuevo
y como un último regalo.
A una estrella fugaz.

Cómo me hubiera gustado poder hablar contigo
Cómo me hubiera gustado tenerte como amigo
Cómo hubiera deseado poder haberte entendido
decirte todo lo que siento y vernos más unidos.
La suerte nunca estuvo a tu lado
desde muy niño te viste desolado.
Es quizás la experiencia, la falta y la vivencia
la culpa, o la razón, muestra falla en la convivencia
o es también la imagen reflejada,
y por demás muy igualada
la que por parecerse tanto
imitando a las olas, que en la orilla del mar se encuentran
que por tiempo y por separado andan en paralelo
y al poco tiempo, llegadas a la orilla,
sin saber se han encontrado.
Decirte cosas, yo quisiera
pero aún no he encontrado
el camino deseado
la forma ni la manera.
Confundimos el respeto,
con la obediencia,
palabra ya en desuso,
al existir la convivencia
medimos en forma equivoc...

No entiendo por que al mirarte,
mujer, de amor tiemblo
ni comprendo como sin tocarte,
de pasión, te siento
tampoco sé como sin conocerte te supe mía
ni qué, vida mía, yo sin ti, hoy, haría.
Has sido por años una compañera fiel y sincera
que entregarme quisieras hasta la vida misma
me has dado de esta vida todo aquello
que un hombre, sólo puede ver en sueños bellos.
Te he visto crecer estando a mi lado
sin hacerme sentir celos por lo tuyo logrado
aprendí muy de cerca lo que es ser toda una madre
cuando vi con mis hijos, tus sentimientos al hablarles.
Ahora se nos casan, quedamos ya muy solos
la jaula se ha abierto, y los niños se han ido
el tiempo nos enseña que la escena se repite
mas, mi amor perdurará, hasta que me necesites
...

Vida mía, son muchas las cosas que te alabo
son muchas las cosas, que te adornan
tu cuerpo, figura, temple y finura
tu estilo de vida y tu forma de ser.
La manera con que me tratas, la dulzura de tus besos
el cariño y el respeto que por los míos sientes.
Conocí el amor antes de conocerte
pero a un nivel no comparado
besé tu boca y mi boca, sintió que nunca había besado.
Aprendí de ti, como el alumno lo hace del maestro.
Cada momento, cada segundo sacié mis ansias locas
encontré esa fuente en tu boca.
Desparramé mi aliento en los resquicios de tu cuerpo
y en cada uno de los poros de tu piel.
Contigo comencé en mis tiempos mozos
recuerdo que apenas dieciocho recién cumplía.
Entonces era un soñador y un futuro no contaba.
Pero, no me importaba combatir con todo el mundo.
Enterré mi inocencia, y a conciencia sa...

Llegaste a mi vida
en tus años mozos
miré tu figura
como admiré tu rostro
como mariposa en capullo
admiré tu color
tus alas hermosas
en sí toda tu dulzura
más supe tu juventud
mi conciencia no dejó
en ese momento, yo,
de ti, me enamorara
ahora que veo plegadas
con esa fuerza, todas tus alas
retomo el verbo amar
te invito esta mañana
a que seas la novia
la mujer, y esposa
de éste, que hoy te nombra
y pretende hacerte feliz
como también quiere
recuperar el tiempo perdido
el de antes, pues era quimera
desplegar tus alas
antes de que nacieras

Desde lejos te admiré
sigiloso me fui acercando
y cómo quien no quiere
llegué a ti, a unos pasos
no sabía qué decir
me dejaste asombrado
cualquier palabra mía
podía romper el velo
que separaba este sueño
en el que un día, así
con tan sólo mirar al firmamento
cómo si lo hubiese pedido
cómo premio ganado
allí estabas, divina mujer
y yo, sin palabras a tú lado
cuando al fin escuché
quedé del todo desorientado
tú, hablándome en francés
yo, a tu lado, callado