Usuario - - Acceso de Usuarios | Viernes - 29.Marzo.2024 |
ATLANTICO Tanto niño e insignificante cuando me encuentro a tu paraje. ¡Y sin embargo! aquí me posees con desconfianza y con recelo ¡Pero! conquistado ante ti. ¡Aquí resido! quemando tabaco en estas nacientes noches indiferentes pero de lunas excitadas. ¡Aquí habito! deambulando por la arena de tu alfombra. ¡Aquí existo! con la incertidumbre y el miedo. ¡Ay! pero no logro desvelarme sin ti. ¿Cuántas veces? caminaste al desahogo de mi alma produciéndote contigo las penalidades de mí conciencia. ¿Cuántas noches? te exterioricé mis imperfecciones ¡Y eximiste mi alma! sin exigirme sueño a cambio. ¿Cuántas lagrimas? me desposeíste de mi mejilla y las coleccionaste en lo recóndito de tu océano. ¡Fuiste tú! la fuerza de mi extenuación y la tranquilidad de mi silencio. ¡Y ahora! es cuando crecidamente te preciso preciso que me rodees y me consueles en la cuna de tus aguas. Necesito echar de ver tus profundos secretos. Retornar auscultar tus cánticos en el fondo de los acantilados. Necesito tu presencia para echar de ver que no me hallo desierto en este infinito. Me antojo tu amistad para que consiga encomendarme en ti. Necesito la valentía a mis miedos para adentrarme íntimamente dentro de tus aguas. ¡Y el saber! que no devolverás mis recuerdos a una playa abandonada. Consentiré que te lleves mi cuerpo al fondo de tu precipicio deshabitado te confiriere mi alma para que dispongas de ella y la evangelices en discípulo de tus sabidurías. ¡Ay mar! ¿Cuantos secretos me tendrás que educar? Retorno del silencio
|
v.03.15:0,679 Novedades Contacto buscador Mapa web GestionMax | |
© RedGiga - 1998-2024 | Aviso Legal | Política de Privacidad | Publicidad |
Uso de cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia de navegación y ofrecer contenidos y publicidad de interés. Al continuar con la navegación entendemos que se acepta nuestrapolítica de cookies. Aceptar