X. Benito ( Barxés) Febrero de 2011

 
 
Cuando mi día ya fina, y
cierro la canasta de labor
afronto y no por vocación
una libertad no apreciada
pues nunca pagué su valor.
Y, es en estos momentos
en que dibujo tu ausencia
tu cálida mano, tu calor,
mas sentida que no real,
pues la llave la tengo yo.
Nuevamente se abre la valla
y con el crujir del cerrojo
desafío incauto la noche ,
y su pálido y tuerto ojo.
Embriagaré mis fantasmas
soñando que no estoy solo.
          

 
El canto tierno y amigo
de la amistad desmedida
con que atizas mi brasero
ofreciéndome una cerilla,
tu mano que nunca falta
tu mano, la mano amiga ,
a soplar sobre dos ascuas
libremente me obliga.
Gracias cerillerita tierna,
gracias impérenme amiga,
no me dejes, no te vayas,
permite así que yo siga.
¿Sabes? no tengo frío,
eso creo, hoy es mi día.
Alégrate no labro solo,
ya cultivo en compañía,
su rosa en mi rosal
florece mas cada día.
Alégrate, te tengo a ti,
y tengo a mi pitufilla,
ella tiene el “encenall”
y yo tengo tu cerilla,
     ...

 
Ayer, fue cierto, lo sé,
su cuerpo el mío calentó.
Por ver de confirmar
que no era solo un soñar
muy temprano desperté
y estaba allí, a mi lado,
créeme amiga, la palpé
y percibí su mudo suspiro,
puede acaso de placer.
El reloj marcaba las siete
con su mudo cascabel.
Preferí verla dormir
y a su lado me acurruqué.
Nuevamente me dormí
y, que soñaba yo soñé.
Mejor no despertarla
mejor, yo no desperté,
y, fui feliz amiga mía,
tatuándome en su piel.
                    
 ...