Alborozo en el pozo

Es esplendoroso día festivo.

Los mozos van recogiendo moras

y tocando rústicas zampoñas,

en dirección al pozo que,

en el origen de las aldeas,

preside el comunal ánimo.

Las mozas con sus baldes y cántaros

se acercan risueñas al pozo,

a recoger el agua potable.

Pronto ven la varonil concurrencia,

y se alegran de que la festividad

tenga su rato de expansión y ocio.

Una vez comienzan a llenar los cántaros,

vuelan los piropos, la animación

de los mozos y de las sonrojadas mozas

está definitivamente sembrada.

-Es más bella que una mantis religiosa.

-¿Cómo que una mantis religiosa?

Es más bella, la morena de falda azul,

que una verde libélula.

Así comienza el piropeo.

De súbito un impetuoso viento

levanta el vestido de una beldad.

¿Recordais aquel verso que dice:

"El viento-hombrón la persigue"?

Pues eso, es admirada por todos,

le lanzan sugestivos piropos

y se arma popular alborozo.

El silencioso pozo no tiene culpa,

ni la fría agua que de él se saca;

pero guarda una razón natural.



Juan-José Reyes Ríos

Extracto del poemario "Fábula y poesía".

Web: http://www.galeon.com/jjreyesrios