| “Arqueros del alba”
Para María Dolores Menéndez López Soneto III
La orilla alborotó un mar coralino Y el cielo asaltó, puro y despejado, Aquel caballo raudo que, embrujado, Pincel se hizo del aire cristalino. Y hallaste, al avanzar en el camino, Crepúsculos sin voz, un mar dorado, Y pudo descansar, ya fatigado, Tu aliento, firme ayer, hoy peregrino. La noche vino larga y duradera Con el amanecer, robando el día, Su luz, su brillo, toda la hermosura: Mi pecho será luz, y, dondequiera, ... “Arqueros del alba”
Para María Dolores Menéndez López Soneto II
Un ángel vi de niño en la mirada De aquella anciana dulce y cariñosa, Más bella que la aurora perezosa Cuando apagó su voz de madrugada. En su cabello blanco la nevada Hirió el color luciente de la rosa, Y el pardo de sus ojos hizo hermosa De su mirar la luz, alma hechizada. De niño vi en su rostro la dulzura De aquella vieja a la que, agradecido, Besaba con amor en la mejilla. Su voz hablaba llena de ternura, ... “Arqueros del alba”
Para María Dolores Menéndez López
Soneto I
El viento helado que rozó el cabello, Llenándolo de escarcha y de blancura, No osó matar su hechizo, su ternura, Sus luces, sus bellezas, su destello: Manchado de granizo fue más bello, Más puro que la nieve cuando, pura, Desciende de los cielos, de la altura, Tan diáfano que el sol luce en su cuello. Hiriéronla los años, la carrera, El rápido correr hacia el vacío, Más no perdió la luz de su alegría.  ... “Arqueros del alba”
Para María Dolores Menéndez López
Soneto I
El viento helado que rozó el cabello, Llenándolo de escarcha y de blancura, No osó matar su hechizo, su ternura, Sus luces, sus bellezas, su destello: Manchado de granizo fue más bello, Más puro que la nieve cuando, pura, Desciende de los cielos, de la altura, Tan diáfano que el sol luce en su cuello. Hiriéronla los años, la carrera, El rápido correr hacia el vacío, Más no perdió la luz de su alegría.  ... “Arqueros del alba”
Para María Dolores Menéndez López
Soneto III
La orilla alborotó un mar coralino
Y el cielo asaltó, puro y despejado,
Aquel caballo raudo que, embrujado,
Pincel se hizo del aire cristalino.
Y hallaste, al avanzar en el camino,
Crepúsculos sin voz, un mar dorado,
Y pudo descansar, ya fatigado,
Tu aliento, firme ayer, hoy peregrino.
La noche vino larga y duradera
Con el amanecer, robando el día,
Su luz, su brillo, toda la hermosura:
Mi pecho será luz, y, dondequiera,
Habrá de iluminarte cuando, fría,
Te aceche, sin pudor, la noche oscura.
2005 © José Ramón Muñiz Álvarez
“Las campanas de la muerte”
Primera parte: "Los arquero... Jose Ramon Muñiz Alvarez:
“Arqueros del alba”
Para María Dolores Menéndez López
La aurora de la muerte
Los prados humedecidos
Que, besados por la helada,
Con la misma madrugada
Yacían adormecidos,
Escucharon los gemidos
Llegados del firmamento,
Que, rozados del aliento
De la aurora blanquecina,
Apartaron la neblina,
Densa en las alas del viento.
Y aquella mancha de plata
Que el sol trajo en su carruaje
Iluminaba el paisaje,
Mezclando al blanco escarlata,
Que, aunque tímida, sensata,
De agotarse temerosa,
Rasgó la caricia hermosa
Al rayar en la mañana,
Como caricia temprana,
Llena de luz, olorosa.
 ... “Arqueros del alba”
Para María Dolores Menéndez López
Soneto I
El viento helado que rozó el cabello, Llenándolo de escarcha y de blancura, No osó matar su hechizo, su ternura, Sus luces, sus bellezas, su destello: Manchado de granizo fue más bello, Más puro que la nieve cuando, pura, Desciende de los cielos, de la altura, Tan diáfano que el sol luce en su cuello. Hiriéronla los años, la carrera, El rápido correr hacia el vacío, Más no perdió la luz de su alegría.  ... A cambio de tus besos silenciosos
Un reino he de entregar, tierra olvidada,
Aire sin voz, llegando a la morada
De todos los misterios y reposos.
Los guiños de tus ojos cariñosos
Allí me encontrarán, alma cansada,
Lleno de amor, de entrega fatigada
De anhelos y de esfuerzos dolorosos.
Habré llegado a ti desde la vida
Para volverte vida entre mis brazos,
Y habremos de emprender el largo viaje.
Del sueño volverás del que, dormida,
Pretenden despertarte mis abrazos,
Que abrieron a tu amor tanto coraje.
2005 © José Ramón Muñiz Álvarez
“Las campanas de la muerte”
Primera parte: &q... Soneto XXII
Recuerdo tu mirar, que, perezoso, A veces quejumbroso de la vida, Los párpados cerraba, si, dormida, Buscabas un descanso más gozoso. Sentada en la butaca, con reposo, Solías ver las horas, su partida, Corriendo a la aventura, y, aburrida, Salvabas un bostezo generoso. El sueño era en tus carnes un consuelo Que siempre tus plegarias suplicaron Aquellas tardes grises y otoñales. Soñabas, y tus sueños eran cielo, Descanso a los dolores que segaron Sonrisas, otras veces, con sus males.
Soneto XXIII ... PALÍNDROME DE LA ZORRA
Para Jesús Menéndez Peláez, profesor universitario
Del monasterio lejano,
sonó al fin la campanada,
al llegar de la alborada
sobre el cielo soberano;
y su sonido temprano
quiso decir la verdad
que el palíndrome decía
de la zorra del abad.
Pues comentó la lechera
de la buena barragana
que la tomaba con gana,
que la amaba dondequiera,
y bastó lo que dijera
a toda la vecindad
del palíndrome que dice
de la zorra del abad.
Después pudo el molinero,
que es hablar sin demasía,
decir que ya se sabía,
que lo cuenta el mundo entero.
Y lo dijo el pregonero,
que es hombre nada mordaz,
que el palíndrome decía
de la zorra del abad.
Y si el pregonero am... | | |