Usuario - - Acceso de Usuarios | Sábado - 20.Abril.2024 |
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El poder que el tiempo te confiere en la piedra te contiene y encadena y te deshaces mezclando con la arena el ruido que cincelas con tus olas. Yo mezclo la sal en las heridas de tu fuerza acaparada en un suspiro como mezcla la tinta en el papiro el escriba de miradas femeninas. Arisca amante de añoranza inquieta es la aspereza lo que en ti admiro crepúsculo encadenado a tardes inciertas de los finitos confines de la tierra. He hecho añicos la cárcel que te encierra porque me duele sentirte encadenado a los oscuros perfiles del deseo con que me miras desde un sueño almidonado. Vuelve a ser libre en la inocencia abandonada donde perdí la ausencia de mi amada..
Sé que tú eres diferente como yo soy único, cual agua hecha lluvia pero tú, eres distinto cada segundo siguiente como una onda en una charca inexistente que inicia su existencia en el filo de una gubia. Te pasas el poco tiempo de esta vida pidiendo perdón, diciendo lo siento agrandando la brecha de una herida que ni es mía, ni tuya, es de esa ilusión perdida en la grieta del desconocimiento. Nadie sabrá jamás lo que contienes de incierto ni porqué me matas en ese intento de beberte de un trago la bebida que apagaría la sed que por ti tengo. Noble deseo de una idea que trae el sufrimiento al intento incesante de un pintor por plasmar en el lienzo, el aire de una abeja cuando vuela. Fuiste mío, al inicio del esplendor de la hoguera y así será hasta el final, donde la muerte te espera.
Fuente: PROPIA |
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