Usuario - - Acceso de Usuarios | Jueves - 28.Marzo.2024 |
Estás en: Poetas noveles mis manos tintas en miel aún sienten cielo en mis dedos arrebatando tu alma como todos mis anhelos. Tú no decías ya más nada, dejaste viajar tu cuerpo como un dócil cervatillo al sinfín del firmamento. Tú toda Suave, Blanda, bella y desmayada te sentías acariciada por las dichas del placer. Tu espalda, amiga mía, cual escultura marmórea la recorrí toda, toda, como si fuese tu dueño en ese mundo de ensueño. Te transporté al universo, y te mostré mis estrellas que se escurrían por mis manos y en tu piel las incrusté. Tu, toda Suave, Blanda, bella y desmayada te sentías acariciada por las dichas del placer. Eso, amiga, es solo un toque de un momento sublimante, de la brisa acariciante, de un amante desmayante por tu dicha y tu querer. Desfallecida en placer nos tocó el atardecer, dejaste viajar tu mente olvidándote un instante del bello y mustio talante de tu cuerpo allí presente. Tierno, dulce, efímero trazo que hoy surcó por el espacio y nos bañó de sus luces en medio de nuestro ocaso |
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