 | Enviado (21/06/2012) - Enviado por homero52Miré tu templo
y sus rosáceas columnas
me trajinaron.
*
Soledad mía:
no te des por perdida,
pues te hallaré.
*
Bajo el paraguas
un rostro pasajero:
dromo y cráneo.
*
Tu suave crencha
-delicada utopía-
siempre me pierde.
*
Tanto te quiero
que, sin dejar de amarte,
voy por los cielos.
*
En la mañana
ya se oyen de la radio
ritmos que agradan.
*
Vuela la saeta
y se instala la hora.
Suena la alarma.
*
Deja su estela
en la orilla del mar
la golondrina.
*
Matsuo Basho:
deja caer tus alas,
mis pies te imploran.
*
Dos mariposas
volando muy juntitas...
¿qué se dirán?
*
Enredadera:
se colmarán mis ojos
de tu locura.
*
Lenta tortuga:
tan vieja como el tiempo
es tu mirada.
*
Cuelga el pescado,
vendedor ambulante, ... Enviado (20/06/2012) - Enviado por homero52Son golondrinas
desplegando las velas
hacia lo inmenso. *
Lluvia de mayo.
Y tú escribiendo versos
que nadie lee. *
Vuelven las olas
de aquella vida inquieta.
¡Cómo me agito! *
Desde la barca,
azul mi pensamiento.
La mar y el cielo. *
Una palabra
el instante recoge.
Súbito haiku. *
Sobre el nenúfar
ya no croa la rana.
La geisha canta. *
Qué silenciosa,
y no se abre la noche
de tus pupilas. *
La mariposa
si se adhiere a la rosa...
cielo de sueños. *
Esos carámbanos:
ved los filosos dientes
del duro invierno. *
Quien tala un bosque,
del universo corta
la inspiración. *
En esa taza
de bellísima loza
están mis sueños. ... Enviado (05/01/2010) - Enviado por homero52Son oscuros, son horrendos,
son pensamientos que me igualan
a lo cósico del inmenso universo.
Ahí, solo, casi incomunicado,
en la región del perpetuo olvido,
hilvanando frases, zurciendo versos
que en otros tiempos formaron parte
de perfectos poemas del mundo sentido.
No sé, la soledad, el silencio, el olvido...
¿para qué componer edificios de palabras
que hoy valen menos que un silbido?
Mañana quizá no versifique, no ritme;
acaso mi corazón, de soledad quebradito,
sea torpe en escandir, esquivo al rimar,
perezoso en encabalgar lo vivido. No sé.
Pero hay escuadrones de solitarios,
batallones de seres aislados en el mundo.
El verso sólo me hace más humano
si es asimilado por la inteligencia... Enviado (05/01/2010) - Enviado por homero52Hoy, más que nunca
quiero ser de otro cielo,
desvariando;
con sueños, alucinaciones...
diciendo adiós al llanto mío.
Hoy, más que nunca,
rompo el silencio
y con ataraxia
revoluciono la perinola:
dulce amor de los dedos míos.
Bailar contigo,
en una estancia de amor,
es vivir la juerga del sinsentido:
con mis brazos te llevo,
con tus brazos me amarras,
y volamos dichosos... sin enredo.
Hoy, más que nunca,
quiero besar tu belfo,
y correr, correr,
trasponer los muros
besando, besando,
con mis ojos hechizados
por el destello de tu cabello.
En la balaustrada de la escalera
me abordas, me desunes;
pierdo la razón y cabrilleo;
rielo como la luz
ante tu mirada de cielo.
Hoy, más que nunca,
quiero baña... Enviado (25/03/2007) - Enviado por homero52Este poema ha sido extraído de mi poemario 'Gloriosa mar' En este pensil de mis sueños nunca difundidos, entre audaces centauros que van derramando sosiego, contemplo a la hermosísima Helena que se baña en un río de herbosas orillas, mientras escuchamos cantar tetrámetros al divino Auros, acompañado de su dulce flauta. Nunca la yedra medró en mí, como hasta ahora; nunca fuentes de aguas sombrías me sedujeron tanto como en estos años en que la mujer de hermosas trenzas, la que se baña y atiende al canto y son de la flauta, me enseñó a sentir el sueño del amor y alegrar mi mente. Mientras mide el tiempo la inexorable clepsidra, y las Hilanderas hilan la trama de la vida, nosotros, Helena y yo, nos explayamos en este pensil; danzamos en corro cuando la luna es plena y el espíritu se levanta, como silbando... Enviado (23/03/2007) - Enviado por homero52Este poema ha sido extraído de mi poemario 'Gloriosa mar' No salgas de Atenas, ay mi dulce Crisa, con malos presagios, pues la noche -que canta como un cisne despiadado- arroja su manto sobre el orbe y todo lo encubre. Sin soplo de esperanza... ¿qué será de nosotros en este mundo que sólo nos colma de agravios, y ya un alevoso malestar cunde por nuestras venas? Será que nos desvivimos por todo lo bello; será que sentimos, como Sófocles, la escena y vemos en ella la fiel representación del mundo; será que nos abruma la mediocridad que por doquier levanta sus fortalezas; será que nunca alcanzamos la medida del hombre, que nos oprime la tiranía política, que sucumbimos bajo el peso de acontecimientos que hielan el espíritu, y paralizan la sensibilidad. Después de la salida del sol, tu viaje será más tranquil... | |  |