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Estás en: Poetas noveles EN LA CRUZ VIDRIO... ...Autor: JOEL FORTUNATO REYES PEREZ Había dejado toda su arena en un granito. Por las turbas degolladas, de renglones, pálidos, de mostaza en una época, de muchos, de jóvenes sacrificados con flores y al amor de goma, y gas naranja, libres protestaron. ¡Libres fueron sólo de morirse como ahora!. ¿No está ya escrito?___Escuchando a veces el viejo rock, en grandes avenidas a go-go... En el vidrio, en la ventana, al frente, había una cruz atravesada por muchos olores de otros tiempos...¡Qué a repetirse vuelven!... En el bosque, siluetas de roble, pajas de un ojo, semillas plantadas sobre asfalto y metal de plomo ardiente penetrando carne humana, por las órdenes de los cíclopes nuevos... ¡Antropoides!...Fabricando una enorme calenda. En la cruz, bonanza de lápidas, tiernas tardes. Hay, vidrio, pensaba, como un viejo plástico, antes del reciclado desbordante despeñadero... En las sombras perfumadas, frescos murmuran, las revistas, libros viejos historias cocidas por el agua parpadeante de los puntos rojos con los pómulos hinchados, como un lagarto qué se zambullía una y otra vez, en la pobreza desayu- nando hombres inmutables ya en las bibliotecas, oxidados se arremolinan las cabezas qué los re- cuerdan, solamente de niños, al fondo de manos curiosas. ¡Años de colores, pelo largo y mini-falda!. No, ahora no es igual. En la red las estrellas son opacas, se protesta con un dedo, se controla el universo con un "click", qué retumba en una cabeza hueca y des-almada pródiga qué alimenta fantasías llenando los bolsillos del saldo qué hace del aire al tiempo, y las memorias... ¿Qué son?, nuevos dispositivos, más allá del disco duro, portátiles, volátiles, se compran, se venden, se llenan de virus y a veces... Por pequeñas fallas se localizan en alguno qué otro cerebro humano, qué es habitante virtual del espacio inexistente, con la virtud más elevada, en la soledad menos qué electrónica, en esa soledad qué corre más libremente frente a una pantalla y demás espejismos de avances qué sufren en segundos y lloran por una cucaracha. ¡Vidrio!... Vaya nombre, pero esa había sido la voluntad de la abuela al registrarlo, como su hijo de 75 años. En la Cruz, el poblado más cercano, trás la puerta del cuarto qué a veces funcionaba como oficina y otras, era una cantinilla ingenua, qué confusa hacía la misma perilla de esa puerta. En la mesa, en el ciberespacio fantasmagórico, un viejo ratón, la música, la presencia desnuda del monstruo del cuello blanco, asesino multiforme, plaga, enredadera en las entrañas de las paredes y los puentes al inframundo menudeaban... ¡Es obsoleto morir naturalmente! ¡Hay qué estar actualizado, secuestrado, extorsionado, y sobre todo aterrorizado, así se logra controlar hasta el último cabello si quedara algo más allá del hueso pensante!... ¡Cruz, cruz!___Decía vidrio, qué se vaya todo el plástico y regrese la madera reciclada. Era uno más, millonario del desastre, cientos de veces, miles de ausencias fingiendo olvidar. Y culpando, al pterodáctilo organizado, en rebaños, en recuas, en parvadas, organizado en bancos, de peces, en las fauces de ballenas, sin recato, en la cruz de mantarayas... Vidrio, sí, él, el Vidrio, cómo un heliotropo infunde esperanza... Pero... El silencio es porcelana en camisa cargada de malos presagios, en la castidad de los fantasmas... ¡Creyendo en las urnas qué guardan cenizas!... ¿Sirven acaso para guardar otra cosa, o dar esperanzas de otra vida cuando ya no se tiene?... Y botan sólo las pelotas en las infancias yertas, al elegido del cementerio. Vidrioso tiene cada ojo la paja y la viga aplastó un camello al entrar sin pedir visa en una aguja... ¡ Y todo por el amor de un click !. Casi pensaba con las rodillas, en las botas, sólo las pelotas botan, compradas, por un rato, por las más grandes ratas, aunque luego de desinflarse las urnas de las cenizas... ¡Los pterodáctilos eran organizados culpablemente almendrados! Y en la cruz, se calman, con unas bellas flores, una caja brillante o una pequeña urna de barro bota la arena dentro de un hoyo tierno del olvido. Y después, de las urnas, recogen sus cosas los reptiles de los comicios, y la bondad de verdades absolutas cubiertas de plomo hemoglobínico al qué lo dude por un pequeño pelo... ¡Vidrio, plastificado!. Parece lo qué nunca ha sido. En la cruz, vidrio, hay borregos hambrientos blancos y langostas en los campos minados y el dinero escasea sin mucho trabajo, solo en unos cuantos qué se pudren en él, como podrida el alma y toda la piel de una sonrisa vana y ávida. En la calle, ofrecen medicinas a los cadáveres, pensando, quince minutos antes de iniciar la ven, o la escuchan, pocos, en la venganza del plástico, del vidrio en la cruz, qué esperaba su madera de los bosques arrasados, de los amos de la vida de otros esclavos, explotados, desarmados, ignorantes encerrados, con sus redes, aislados, más asociales qué nunca, y quién lo diría, muchos enormemente antisociales humanitarios de un dedo en un sólo click... Con toda la tristeza bajo la piel y la violencia en ágiles dedos salvando al mundo, ingenuos de nuevo cuño... Los pterodáctilos atacarán de nuevo, en las películas, de caricaturas en la isla qué piensan los olvidados harapos. En la unión de las urnas, ¡sólo cunde la ceniza!...¿ Qué esperaban ? Un ataud brillante sale enormemente caro y todo lo demás... Bueno, botan las pelotas, botas raídas. Pero, la honestidad... ¡Hay de ella, nadie la conoce!... Y nadie fué acribillado ayer. Sin embargo, quedan muchos otros nadies. En la cruz vidrio piensa...¡Pero, sé qué nadie duerme, y quisiera morirse en otro lugar, sano, tranquilo, tomado en cuenta, respetado por los corderos balando lobunos y coyotescos...! Pero nadie, bota su pelotilla, aún piensa qué será alguien alguna vez, el primar nadie de la historia qué se frabrica clones de algo más.. ¡Jamás será nuevamente engañado, imposible, en su ancianidad ya tendrá una jubilación a los sesenta y cinco años después de fallecido desde el hijo al hermano por muchos nietos... La cruz, vidrio lo rocordará por siempre, si antes el pterodáctilo organizado no lo secuestra, o provoca un eclipse en su misma alcoba, o teje una capa de ozono con las manchas solares al derrotar los virus de la influenza y la peste pide perdón, en fin, el pterodáctilo organizado es un fabuloso ser qué todo abarca... ¡En la cruz, vidrio se creyó plástico!... Y desde esa época vive en las tarjetas, victorioso. .....Autor: JOEL FORTUNATO REYES PEREZ
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