Ella que debía ser mi guía.

Ella debía ser mi guía.
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Ella, la que debía cuidarme
la que debía abrigarme,
la que debía estar a
mi lado mimándome.
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Me prometió tantas cosas,
me invitó a venir a este mundo
y ser mi guía turista.
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Ella, la que me cantó mil canciones,
a la que hice sufrir en ocasiones,
juró que me acompañaría
y que siempre a mi lado estaría.
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No sé si me falló, pero
confié en ella y me dejó
con su voz clavada en mis oídos,
y una gran necesidad
de sentir su cariño.
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Apenas pude conocerla,
cuando recién hacía mi entrada
ella se estaba yendo.
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No sé si era así como
debía serlo, pero,
me encuentro triste,
extraño sus platica y sus esmeros.
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Supe que voló muy alto,
y que muchos la vieron entrando
en ese lugar hermoso
el que todos llaman cielo.
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Ella, que me enseño a amar su voz...
Ya nunca más me regaló una canción.

Mónica.
Ruth Mónica Muñoz R
Derechos de autor.
Chile may/ 1994