Usuario - - Acceso de Usuarios | Domingo - 13.Octubre.2024 |
Estás en: Poetas famosos Los estados y riquezas que nos dexan a deshoras, ¿quién lo duda?, no les pidamos firmeza, pues que son de una señora que se muda. Que bienes son de Fortuna que revuelve con su rueda presurosa, la cual no puede ser una ni ser estable ni queda en una cosa. Pero digo que acompañen y lleguen hasta la huesa con su dueño; por eso no nos engañen, pues se va la vida apriesa como sueño; y los deleites de acá son en que nos deleitamos temporales, y los tormentos de allá que por ellos esperamos, eternales. Los placeres y dulçores d'esta vida trabajada que tenemos, ¿qué son sino corredores, y la muerte es la celada en que caemos? No mirando a nuestro daño, corremos a rienda suelta sin parar; des' que vemos el engaño y queremos dar la vuelta, no ha lugar. Si fuese en nuestro poder tornar la cara fermosa corporal, como podemos hacer el alma tan glorïosa angelical, ¡qué diligencia tan viva tuviéramos cada hora, y tan presta, en componer la cativa, dexándonos la señora descompuesta! Estos reyes poderosos que vemos por escripturas ya pasada, en casos triste, llorosos fueron sus buenas venturas trastornadas: así que no hay cosa fuerte; que a papas y emperadores y prelados así los trata la muerte como a los pobres pastores de ganados. |
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