amor (la dulce tragedia cotidiana)

Ya sé que hoy te fallé
No hace falta que lo diga tu mirada
Ni que pienses en volver
Como sombras del cementerio
Me tienes preso de tu silencio y tu palabra
Una relación de misterio
El perdón no vale nada
Porque amarse, es no tener que pedir perdón nunca
El arrepentimiento ya sobra
Ya sé que te fallé
Pero ya ves, el ser humano no es nada
Y fue cuando más te amé
Nadie es siempre perfecto
Alguna vez por algún motivo, no se sabe, falla
La cuestión es de balanza
Ya sé que hoy te fallé,
Pero siempre te amaré

Solo, en los gritos de tu silencio
Comprendo cuanto me amaste
Sin que tú supieras mi aprecio
Por la calle caminan los amantes
Con caras de marchar a el suplicio
Atrás quedó, agarrarse sin guantes
La rutina mató el volcán que acaricio
Deseando poder acabar cuanto antes
Porque ya solo parece, un armisticio
Las miradas dejaron de ser radiantes
Las conversaciones, sobre el pontificio
Y mis pensamientos son deprimentes
Cuantos matrimonios están aquí reflejados
Por el qué dirán, y no tener valor suficiente
Para iniciar otra vida y volver a ser amados

Y un día al despertar
Estarán todos, junto a mi pobre cama
La abuela ya con vista
Mi padre, tocando como Santo Tomás
La “ma” siempre llorando
De ver a su hijo predilecto acostado
Y sobre todo mi amor
Diciéndome “tete, ya estamos todos”
Cuantas veces lo soñé
Sobre todo al principio de mi hecatombe
Cuantas veces los llamé
Nunca recibí respuesta, por eso agnostiqué
La llamada a grito silencioso
Las lágrimas se secan en el mar glorioso
Pero nadie respondió
Solo espero, verlos a los pies de mi entierro

La paloma mensajera no sabe tornar
Ó aun mejor dicho, no quiere volver
Porque un palomo la quiere absorber
Para su libertad deseada, trastornar
Todos queremos la libertad manejar
La damos a quien no se hace merecer
Aun no queriendo, hemos de padecer
Pero esa persona que más te quiere
Es aquella que se mira en el espejo
Y se dice: hoy, el ánimo me subiré
Ese objetivo de la vida, no lo dejo
Quererse cada día más, así viviré
Como persona, no como un tipejo

No quiero ya que me tengas lastima
Ni que tus alas cortes, por mi querer
Solo deseo, como persona, verte crecer
Nuestros recuerdos te deje una lágrima
No me gustaría que haya ninguna victima
Los momentos sean bálsamo, para beber
De los recuerdos, por si te quieres volver
Probabilidad que veo demasiado levísima
Me reiré de tu sonrisa, al final del precipicio
No para arrojarme, para volver a comenzar
Otra vida, otra ilusión, otro mundo, y oficio
Saber valorar de nuevo, es tener que empezar
A aprender a caminar de nuevo, como un niño
Pero esta vez, sabiendo qué no he de hacer mal

No te conozco
No te comprendo
No sé, quien ha dormido a mi lado
No sé tu nombre
No fui tu hombre
No me hiciste ser solo tu escombre
No me añoras
No te enamoras
No me tienes presente ni cuando oras
No sabes lo que sufrí
No sabes si pensé en ti
No quedan lágrimas en el alma, para derretir
No pensé en mi vida
No quise la despedida
No hay hoy ni habrá nunca nadie, a tu medida

Admiro todo de lo que carezco
De no tener valentía
Y no tener hombría
Para poner stop a lo que padezco
Admiro las gentes que son amadas
Las que reciben regalos
Transformados a besos
Y las que sueñan, sin ser soñadas
Admiro la pareja que pasea bajo la lluvia
Bien juntos y abrazados
Al honor y sus pasados
Él con su garrota y ella feliz como novia
Admiro la pareja, que no tiene silencios
Ni aun haciendo el amor
Porque esta vida es sabor
A fruta tropical, a lágrimas y a éxitos

Ahora, comprendo muchas de las cosas
Que antes no comprendía
Porque me cegaban tus frases amorosas
Viví imbuido por tus elucubraciones
De reina de la morería
Y yo tan tonto, dejándome dar lecciones
Dicen, que el amor es ciego y sordo
Eso decía la madre mía
Pero sobretodo el amor es, analgésico
Porque hace dormir tu instinto racional
Entras en estado de euforia
Y tus neuronas funcionan a medio gas
Sabiendo todo eso, del débil ser humano
Todos daríamos la vida
Por vivir junto a tu ser amado, asido de la mano

Hay animales de cuatro patas
Que son más
Inteligentes, que muchas personas
Tuvimos una perrita callejera
Criada desde pequeña
Por nosotros, en el chalet de la sierra
Cómo era posible, que ese animal
Que jamás estuvo atada
Supiera, que la abuela estaba ciega
Si quería que la abuela la acariciara
Como siempre estaba sentada
Llegaba con su morro, despacio la tocaba
Una vez, dos perros enormes del chalet
De enfrente, iban cara a la abuela
Se enfrento a ellos como leona y casi la mueren
¡! Qué pena!! Que los animales de dos piernas
No seamos iguales

Y la vida es, inmensamente variada
Además, enormemente inesperada
Y cuando, ya no ves salida alguna
Siempre hay una llegada oportuna
Al comprobar que has tocado fondo
Es hora de caminar en otra dirección
Nadie debería de ser dueño de nadie
Ni poder romper, un corazón ardiente
Y en la variedad está el distinto gusto
Para gustos, están los muchos colores
La vida es un libro vivo, pleno de hojas
Escritas, esencial es no quedarte en una
Y si la vida se empeña, en hacerte daño
Lucha aun con más ahínco, por tu sueño