José Ramón Muñiz Álvarez
“LA NIÑA DEL PANADERO O EL AMOR MÁS ENCENDIDO”
(Poema dramático para Puerto de
Vega)
ESTAMPA ÚNICA:
Interior de un mesón no lejos del muelle de Puerto de Vega de Navia. Se oye, no muy lejano, el rumor de las olas. En el local se juntan gentes diversas que forman distintos grupos y mantienen distendidas conversaciones. En un rincón del mesón hablan el MESONERO, el SACRISTÁN y el CURA:
MESONERO-. Septiembre llama a la puerta
con las brisas y corrientes
que refrescan los ambientes,
si la mañana despierta.
En esa penumbra incierta
que enseña la luz del día,
la alborada se hace fría
y callado su reflejo,
o me estoy haciendo viejo
en esta casa sombría.
Y, entre cielos de grisalla
y temerosos destellos,
vienen esos días bellos
y alegres donde los haya. ...
Visite http://jrma1987.blogspot.com
José Ramón Muñiz Álvarez
“LA NIÑA DEL PANADERO O EL AMOR MÁS ENCENDIDO”
(Poema dramático para Puerto de
Vega)
ESTAMPA ÚNICA:
Interior de un mesón no lejos del muelle de Puerto de Vega de Navia. Se oye, no muy lejano, el rumor de las olas. En el local se juntan gentes diversas que forman distintos grupos y mantienen distendidas conversaciones. En un rincón del mesón hablan el MESONERO, el SACRISTÁN y el CURA:
MESONERO-. Septiembre llama a la puerta
con las brisas y corrientes
que refrescan los ambientes,
si la mañana despierta.
En esa penumbra incierta
que enseña la luz del día,
la alborada se hace fría
y callado su reflejo,
o me estoy haciendo viejo
en esta casa sombría.
Y, entre cielos de grisalla
y temerosos destellos,
vienen esos dí...
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José Ramón Muñiz Álvarez
“LA NIÑA DEL PANADERO O EL AMOR MÁS ENCENDIDO”
(Poema dramático para Puerto de
Vega)
ESTAMPA ÚNICA:
Interior de un mesón no lejos del muelle de Puerto de Vega de Navia. Se oye, no muy lejano, el rumor de las olas. En el local se juntan gentes diversas que forman distintos grupos y mantienen distendidas conversaciones. En un rincón del mesón hablan el MESONERO, el SACRISTÁN y el CURA:
MESONERO-. Septiembre llama a la puerta
con las brisas y corrientes
que refrescan los ambientes,
si la mañana despierta.
En esa penumbra incierta
que enseña la luz del día,
la alborada se hace fría
y callado su reflejo,
o me estoy haciendo viejo
en esta casa sombría.
Y, entre cielos de grisalla
y temerosos destellos,
vienen esos dí...
El viento helado que rozó el cabello, Llenándolo de escarcha y de blancura, No osó matar su hechizo, su ternura, Sus luces, sus bellezas, su destello: Manchado de granizo fue más bello, Más puro que la nieve cuando, pura, Desciende de los cielos, de la altura, Tan diáfano que el sol luce en su cuello. Hiriéronla los años, la carrera, El rápido correr hacia el vacío, Más no perdió la luz de su alegría.  ...
El viento helado que rozó el cabello, Llenándolo de escarcha y de blancura, No osó matar su hechizo, su ternura, Sus luces, sus bellezas, su destello: Manchado de granizo fue más bello, Más puro que la nieve cuando, pura, Desciende de los cielos, de la altura, Tan diáfano que el sol luce en su cuello. Hiriéronla los años, la carrera, El rápido correr hacia el vacío, Más no perdió la luz de su alegría.  ...
No vueles, ruiseñor, hacia los cielos Que se hacen más azules en verano, Ni escapes, golondrina, de mi mano, Llevada por la brisa y sus desvelos. No corras, herrerillo, aunque tus vuelos Te dejen alcanzar lo más lejano, Ni escales, carbonero, el aire en vano De donde caen las nieves y los hielos. No partas, ave blanca, si tu nido Lo tienes junto a mí, donde la tierra Se alegra de tu voz y tu sonido. Amor serán los bosques y la sierra, ...
El despertar más dulce y placentero Cubrió su rostro cuando, de mañana, Cruzaba, aventurero, su ventana El sol del mediodía pendenciero. Robábale los sueños su lucero, Valiente y atrevido, pues, lozana, La luz la despertaba, con desgana, Besándola, al llevarle aquel platero. Después iluminaba el cuarto oscuro Corriendo la cortina, que, luciente, Dejaba gala al oro y su belleza. Alzábase del lecho y, sin apuro, ...
Un mar navegarás donde, brumosos, Negando al sol la luz, llama escarlata, Los vientos, sombra gris, noche insensata, El cielo cerrarán avariciosos. Después de los umbrales cavernosos Del sueño que en la noche se dilata, Tus ojos se abrirán, perla de plata, Buscando los paisajes luminosos. Y todo mostrará su luz dorada, El cielo, el sol, el mar y las orillas, Para escuchar tu voz, ayer callada. Risueñas nuevamente tus mejillas ...
Heraldo de bondad fue su semblante, Más puro que la luz de la alborada, La gracia de su rostro, la mirada, Sincera siempre, bella a cada instante. En ella la ternura era constante, Más clara que el granizo y la nevada, Hermosa como el sol, jamás nublada La frente cuyo rostro hizo brillante. Más pura fue su piel que la azucena Que brota en primavera por los prados, Más cándida y más bella, siempre buena. Recuerdo que sus párpados cansados ...
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