Roca del mas duro diamante que desafías la sinrazón, cálido albergue al caminante puerta franca, franco corazón.
Tótem que me señala la senda, esfinge, en mi desierto, mojón, permite hoy clave mi bandera, he superado al fin el paredón, he llegado vivo, la cima coroné y sobre la alta cresta del peñón esparcí al viento las cenizas cumpliendo lo que un día juré.
El Montcao es hoy notario la Mola testigo, ella da fe, sobre la rueda de los vientos y mirando al cielo del Valles...
Siempre estás, mi Dulcinea romántica, pajarillo inquieto, flor de otro tiempo, para siempre mi sed calmar, ser mi hada, ser mi duende o mi aguijón si duermo, ser siempre mi luz, mi guía y mi savia, ser siempre mi levante, mi ola, mi puerto.
Hoy me toca ser el Chamán el ido cuerdo de tu desvarío, hoy me toca a mi el razonar, escuchar de nuevo lo ya sabido, hoy me toca empujar el remo vivir de nuevo lo ya vivido, ser de tu desamor loquero ser y lo soy, ser tu amigo.
Abre las alas y salta al vacío si quieres libre poder volar, abre tus brazos al desatino si quieres libre poder soñar, abre tu puerta a lo desconocido si quieres a la ruleta poder jugar. No reniegues por lo hoy perdido, el mañana es un juego de azar, ...
Si en noches de Agosto pleno,
allá por San Lorenzo,
te asomas a la ventana
y oteas el calido viento,
verás que a hurtadillas
sobre el raso azul del lienzo,
lo surcan dos amantes
sobre caballos de fuego,
de lomo negro azabache,
prestados por San Telmo .
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