Que mis manos descubran la plenitud de tu cuerpo,
que exploren estos dedos escribas las historias tatuadas en tu piel,
que describan la suavidad y el calor de tu placer oculto,
que dibujen alas intrépidas a la fuerza de tu pasión indómita,
que emerjan los corceles feroces de tus pensamientos ávidos de oscuridad,
que se dicte veredicto condenatorio sobre la caución de la inocencia,
que brame el silencio bajo el clamor de tus férvidos deseos,
que se estremezca el ritmo de tu diciente respiración,
que salte la secuencia de tu pulso a los compases nativos de la existencia,
que la mente se extravié en la carga devastadora de este torrente hormonal,
que marque el alma nuestros movimientos adversamente sincronizados
y que se fusionen estás ganas de tenerte y tu anhelo de entregar...