REFOCILARSE SERVIL
¡Pálida la esperanza huele olvidos!.
Escuchen los gatos al azul de sepulcro,
del abrazo del dolor y de la tierra.
En la noche se aleja cada incensario.
¡Sólo un año más de amargura!. Duerme.
Desayuna el infinito bajo cada techo.
¡Todos los manantiales son de pana!.
Y márcale al destino cada reproche,
su semblante a una sombra obscurece,
por los clavos al morir desarmados.
Donde la tierra es un indecible anhelo,
y una luz se hizo para dejar ciego.
En la prolongada maldad multiplicada,
ni las cucarachas hacen la voz imperiosa.
Ni el pasado desconocido recuerda,
por el breve término de un siglo corto.
Con un hombro el cobre y una escopeta.
El licor embriagado la flauta toca.
Donde la suerte...