¿Dónde dejamos la piel que nos prometía el futuro?
¿Dónde dejamos el papel que absorbía el pasado?
¿Dónde dejamos las ganas de vivir el presente?
¿Dónde comenzamos a estar demasiado ausentes?
No es que el futuro me inquiete,
tampoco es que me asuste el pasado,
mucho menos es que no ame el presente,
es tan solo que este cuerpo es demasiado inerte.
Dibujaré las estrellas que se venían venir,
repasaré las líneas de aquél papel,
parada en el aquí y viviendo el ahora
voy a encontrar cada pieza viviente
para luego dejar de ser demasiado inerte.