Usuario - - Acceso de Usuarios | Viernes - 19.Abril.2024 |
Estás en: Poetas noveles Hoy quería decirte, año, que adiós, que buenas tardes, que no me agradaste, que te fuiste y me dejaste triste. Y mira... En las noctámbulas trompas de cada día, me has tenido esclavo de lo que querías. En las tardes aburridas de trabajo, has hecho de mi un negro escarabajo. En la luz sombría de mi lecho vacío te fuiste abajo como un largo río. Mira... Has sido la luminaria intacta de aquel algo inquieto que me roía, ¡año muerto! y has tenido noches y noches cerrado el pasivo germen de mi melancolía. Me has hecho correr tras algo que tú no tenías... Te gozaste en mi pobre necesidad de comprar algo de paz, al precio que tú me exigías. Te cuento... Triste dejaste, Enero, el paso al Febrero necio, y entonces me llenaste en Marzo de Abril y promesas... En Mayo, ni en Junio, ni en Agosto llegaron las esperadas sorpresas ya que estos meses sólo me brindaban un ciego sol que no deseaba... Seguimos y dimos el salto feroz desde un depresivo ardor de verano hasta el helado final de los tiempos, en que los meses tienen incrustada una erre en el bre con que presumen y mueren. Te digo... Adiós, que terminas, y quieres encima que abra tu perdido seguro de vida, y me encuentre sólo, con hambre, con ganas de dormir, en el nuevo seis mil. ¡Te vas! ¡Me ignoras! ¿No lloras? ¿No imploras? Somos iguales... No lloro. No imploro. Me muero... ¡Doce meses en la noria! ¡Doce meses en el surco viejo! Dábale arroz a la zorra el abad daba le arroz al a zorra elabaD. |
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