A la memoria de Matsuo Basho

Desde la tosca ventana de su choza
contempla la nimbada luz de las luciérnagas,
ese preciso cerco de luminosa esperanza.
Corre el mes de junio,
y en su amorosa soledad,
no hay dolor, ni escarcha
que le provoque desazón.
¡Y mantiene limpia la estancia!
En la estera se tumba,
ya cansado de observar
la distante luna plateada.
Sobre una tablita, unas hojas
presentan breve escritura
elegante y emancipada.
El mundo y la vida
en un lírico haiku:
hermoso contenido de su alma.
En la penumbra lo compuso,
cuando se encendía su mirada,
en plena naturaleza,
lejos del barullo social,
en perfecta templanza.
“Mañana lloverá”,
dicta un pájaro,
con sinuoso canto
lleno de gracia,
desde los cercanos chopos.
Brillan las estrellas,
y la luna, tan alta, tan alta,
parece bañarle con extraña luz,
que se cuela de rondón
-y él cuán contento se pone-,
iluminando su sitio.

“Nunca estoy solo.
Con la luna de junio
brilla mi espíritu”. (1)

(1) Haiku del autor del poema.

Juan-José Reyes Ríos
Extracto del poemario “Fábula y poesía”.
Web: http://www.galeon.com/jjreyesrios