Usuario - - Acceso de Usuarios | Jueves - 28.Marzo.2024 |
Estás en: Poetas noveles
Etiquetas: jose ramon muñiz alvarez, capilla de lebrón Las campanas de la muerte. Dejad que, suave y sereno, Roce su mejilla hermosa El aire que la desposa Besando su rostro bueno, Aunque la llene el veneno Que le ha arrancado la vida, Que la lanzó a esta partida La edad, su sueño pesado, El tiempo que, fatigado, Abrazó la despedida. Dejad que, bello y tranquilo, Duerma su semblante hermoso, Que disfrute del reposo Que, silencioso, vigilo, Porque se va con sigilo Aunque quiera retenerla, Que no puede detenerla La luz que, tras los cordales, Ve las galas matinales Que pudieron defenderla. Dejad que, afligido el pecho, Descanse el aliento herido Del dolor que ha consumido Su impotencia y su despecho, Porque, la sombra al acecho, No cabe esperar que acierte Los designios de la suerte El silencio que bosteza, Si marchitan la belleza Las campanas de la muerte. Dejad que, blanca y callada, Alcance la aurora bella La altura de aquella estrella Que admira la madrugada, Que ya la noche cansada Ve el despertar de los cielos Pues nieve derrite y hielos, El granizo blanquecino, Bullicioso en el camino Que alborotan los riachuelos. Dejad que, tierna y ligera, Tome su mano la brisa, Y, en el aire, su sonrisa Vuele libre donde quiera, Que otro palacio la espera Después de ese largo viaje Que hoy emprende en un carruaje Digno de llevarla encima, A otro lugar, otra cima, Otro reino, otro paisaje. 2005 © José Ramón Muñiz Álvarez “Las campanas de la muerte” Primera parte: "Los arqueros del alba" Todos los derechos reservados por el autor. |
v.03.15:0,627 Novedades Contacto buscador Mapa web GestionMax | |
© RedGiga - 1998-2024 | Aviso Legal | Política de Privacidad | Publicidad |
Uso de cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia de navegación y ofrecer contenidos y publicidad de interés. Al continuar con la navegación entendemos que se acepta nuestrapolítica de cookies. Aceptar