“Ballesteros de la tarde”
Para Pilar Muñiz Muñiz
Soneto I
Fue el suyo el corazón más generoso
Que nadie conoció sobre la tierra,
Y más dulce fue el pecho que lo cierra
En una urna de amor vuelta en reposo.
No dejará jamás de ser hermoso,
Más blanco que la nieve de la sierra,
Este recuerdo grato que destierra
La muerte hacia su imperio silencioso.
Mas no podrá arrancar tanto cariño,
Ni tanto amor ni fe, con insolencia,
La ronda de la noche silenciosa.
No robará el recuerdo de aquel niño
Que ayer la vio y, llegada ya su ausencia,
Su voz recuerda dulce y temblorosa.
2008 © José Ramón Muñiz Álvarez
“Las campanas de la muerte”
Segunda parte: "Los ballesteros de la tarde"
Todos los derechos reservados por el autor.
José Ramón Muñiz Álvarez
(Breve reseña)
José Ramón Muñiz Álvarez nació en la villa de Gijón y sigue residiendo en Candás (concejo de Carreño). Su infancia transcurre de manera idílica en dicho puerto, donde pasa su juventud hasta el término de sus estudios. Licenciado en Filología Hispanica y especialista en asturiano, vive a caballo entre Asturias y Castilla León, comunidad en la que es profesor de Lengua Castellana y Literatura. Su afán por las letras y las artes lo ha llevado al cultivo de la poesía. Es autor de varios libros, de los cuales ya ha dado a conocer "Las campanas de la muerte", aunque en una tirada modesta.
"Las campanas de la muerte" es una obra que consta de tres poemarios:
1-. "Arqueros del alba", dedicado a su abuela materna, Dolores Menéndez López.
2-. "Ballesteros de la tarde", dedicado a la abuela paterna, Pilar Muñiz Muñiz.
3-. "Lanceros del ocaso", dedicado a uno de sus tíos: Gervasio.
El poemario demuestra el extraordinario vínculo del poeta con sus abuelas, en un momento delicado: el del fallecimiento de las mismas. Es indicativo que el libro se escribiese en tres tandas, las dos últimas muy seguidas. Las partes del libro datan de diciembre de 2005 a enero de 2006, primavera verano de 2007 y enero de 2008.
En este tipo de poesía se recurre a las estrofas más tradicionales, con dos únicas excepciones de verso libre. Además de un romance, las demás estrofas son silvas blancas, espinelas y, sobre todo, sonetos.