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Usuario - - Acceso de Usuarios | Viernes - 19.Abril.2024 |
| Estás en: Poetas noveles después de que mis espadas fueran sangre y mis escudos fueran trazos deshechos. Podría dejar mi nombre de latidos y esperanzas sobre la calcinada piel de la batalla y buscar las palabras de la despedida entre las heridas. Desde un largo fondo de soledad podría llamarte. Podría echar los gemidos de mi alma al viento y dejar mi estructura al pie de los molinos en espera de la molinera que aprovechara mi corazón. Podría hacer cenizas de mis ojos con el fuego de mis recuerdos, esparcirlas en el lecho de un profundo océano y heredar así las olas bravas que golpearían tus costas. Mi alma al viento de un Apocalipsis podría echar. Pero hoy me agobia la sustancia de tu nombre. Los mástiles de mi barco son cruces que combatisteis. No hay trajín en la cubierta de mi corazón, están vacías las sentinas de la esperanza. Todo es altas olas, embravecido naufragio. No encuentro donde cobijarme. Perdí la cueva y perdí mi nombre y de nuevo siento vientos helados azotar el puerto de mis derrotas. Compártelo:       Vota:  Resultado:
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