Cuando las campanas doblan
desde los altos piquetes
se enfada el viento del este
mientras ronca el mar, impertinente
cómplice del sol naciente.
Manchado viento, matizado levante
cual cortinilla de gasas
en las mañanas de arena
viene y va libre de pena
el impertinente mar.
Colgando sueños se pasa
en los corazones magnos
desde la tierra a las olas
desde el abismo a las playas
viene y va, embriagado de humedad
susurrándole a las algas
los secretos que se guardan
en los bramidos del piélago
donde el susurro fracasa.
Mar, la mar….el silencio ignora
la emoción de la humildad
la luna es una triste farola
con la mochilita encima
hinchada de claridad
donde los ojos que mima
desmoronan sus pupilas
con sumisión abismal
al negro matiz, sutil condena
de la mar a su propia inmensidad.
Repican gritos al céfiro
(si algún loco las golpea)
las campanas que alinean
sus badajos bronceados
a golpes de fragua y forja
en las villas de las aguas
de la mar mediterránea.
¡Ah la mar!.....galante e inoportuna
me asedias en la alborada
cuando se marcha la luna
cortejándome calmada
cuando el sol sonroja el dia
ocultando su bochorno
tras la noche oscura y parda.
Viejo viento de levante
embajador del sosiego
con tus engastes de sedas
caladas de luz naciente
que desde el oriente arrastras……
tiranizas las campanas
a las olas acorralas
y conviertes a las rocas
en arenillas doradas……