Entrecierro los ojos, noto transitar el frio
desvencijando los tendones que unen
lo tengo, el frio, intruso por el componente
abundante en las sienes, como el ataúd pulido
allá en el fondo, tapiado por piedad
desabrigado en el pulcro frio por asepsia.
Vocifera un estornino, desvarío amargo
vagando entre la niebla y el hielo, distancia
consumiendo las lágrimas al duelo, según quienes
recuerdo otras caras lastimeras
para todos comunismo
también para ti, para él, para uno mismo.
Raudo el control, leve la sonrisa ¡Señores seriedad!
no remováis airadas palabras, no haya controversia.
También tuve un sueño, igual que tú
vaina enjuta de habichuela, verde, recogida
como una sierpe en el tutor que la sostiene erguida
entonces tuve el sueño, como tú……
pero ya no, el misterio no es el final
la incógnita es el dolor vestido de pintura
enjaulada la vida en un humor
rodeado de círculos y venillas, de pequeños años…..
¿Acaso dudó el pájaro en el vuelo?
Vendremos todos hasta el, sin beber la sal
nos sorprenderemos de los cabellos enmarañados
por el pájaro del duelo
embriagados por el vasto licor de la amargura.
Sigue el pájaro vocinglero, en el ciprés silbando
paciente, impertérrito con la gente
me paseo fumando entre la niebla, escucho
comentarios de ignorancia, voz prematura
de un consejo que queda bien
estupor del desenlace por no sé quien
apacible andar del aire
entre la guadaña y la hierba desnucada
que será sueño de rica teta y rico color en la parrilla
donde tiembla el sudor con muslos de piel morada.