Usuario - - Acceso de Usuarios | Viernes - 29.Marzo.2024 |
Estás en: Poetas noveles
Etiquetas: pensamientos sin memoria
Si, cómo crees, eres encantador de roquedales cincel fornido en manos amplias y diestras capaces de moldear el tiempo de esenciales decisiones, ocupas ilegales de una casa en ruinas si así eres, prosigue mientras puedas soportarlo pues sé que es duro, andar con la espalda cargada. Parras de uvas negras en este humillado secano henchidas de sol y ávidas de aguas dulces vides sazonadas en sed de húmedo rocío asi te siento a ti, adulador de la belleza. Siempre escondido entre tímidos romerales flores amarillas de otoño, bayas rojas sofocadas del degradante calor del estío. Al invierno acudes con noches largas envuelto en nieblas, temblando de frio pero estas calado como el halo de la lumbre que produce la leña del centenario olivo. Si eres así como te veo, procura no caer en las trampas estúpidas de la vida porque resulta duro volver a vivir en la locura de quien se hospeda en tu casa consentida. Entre tanto el lagarto, buscara el sombrío bajo las piedras del casto secano polvo salado y soledad, sin lluvia en el verano capazo basto lleno de un abundante vacío. Espigas de cebada doblegando la cabeza esperando al labrador que cortara su tallo sacando paja y grano para su caballo robando esperanzas a los blanqueros baldíos. Encantador de hartos roquedales, sinuosa serpiente de piel amarilla, oscuro milano que planea su sofoco en el calor insano futuro yerto y yermo, muerto en tus labios con promesas traicioneras cuajadas con acritud bajo la sombra de una acacia, año tras año. Sigue así, serás tú servidor y tu amo mientras exista un atisbo de pureza leve y humillado. Esperando al deseo hecho canciones que se agolpan en la tarde nubosa como las gotas de sudor en la piel caliente bajo el sol lejano y rectilíneo del día. Poesía de transeúntes en una boca desnuda y sucia donde se detesta la lectura y acecha el agotamiento en el tunante silencio roto en la soledad de los huesos que se espantan debajo. No importa el tiempo gastado en escribir la edad de los jirones de nuestra vida los chiquillos se extrañan como un segundo sin aire bajo las ondas del agua que se riza hacia poniente. Tan solo un segundo necesita el olvido rácano para echar abajo rascacielos de emociones coaguladas en las horas más prodigiosas y susceptibles de los aventurados días, descartados por la amargura de una almendra. Despojados, hacemos que todo sea hermoso o sucio desesperado punto, vacío o lleno que no nos deja trepar hasta el cielo kilómetros de barrancos extraños donde se ocultan esos días clementes por impenetrables. Murieron las tormentas transparentes de tus ojos cansado estoy de esperar a las esperanzas en la cara triangular de una piedra en el desierto que guarda su secreto entre las hierbas de esta tierra evasión de los versos al abismo de una mujer que me guarda el puesto limpiando el arma con la que convertiré el tiempo en nada.
Fuente: PROPIA |
v.03.15:0,617 Novedades Contacto buscador Mapa web GestionMax | |
© RedGiga - 1998-2024 | Aviso Legal | Política de Privacidad | Publicidad |
Uso de cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia de navegación y ofrecer contenidos y publicidad de interés. Al continuar con la navegación entendemos que se acepta nuestrapolítica de cookies. Aceptar