Cando penso que te fuches,
negra sombra que me asombras,
ó pé dos meus cabezales
tornas facéndome mofa.
Cando maxino que es ida,
no mesmo sol te me amostras,
i eres a estrela que brila,
i eres o vento que zoa.
Si cantan, es ti que cantas,
si choran, es ti que choras,
i es o marmurio do río
i es a noite i es a aurora.
En todo estás e ti es todo,
pra min i en min mesma moras,
nin me abandonarás nunca,
sombra que sempre me asombras.
Adiós, ríos; adiós, fontes;
adiós, regatos pequenos;
adiós, vista dos meus ollos:
non sei cando nos veremos.
Miña terra, miña terra,
terra donde me eu criei,
hortiña que quero tanto,
figueiriñas que prantei,
prados, ríos, arboredas,
pinares que move o vento,
paxariños piadores,
casiña do meu contento,
muíño dos castañares,
noites craras de luar,
campaniñas trimbadoras,
da igrexiña do lugar,
amoriñas das silveiras
que eu lle daba ó meu amor,
camiñiños antre o millo,
¡adios, para sempre adios!
¡Adios groria! ¡Adios contento!
¡Deixo a casa onde nacín,
deixo a aldea que conozo
por un mundo que ...
Año 1867 Después, cual lampo fugitivo y leve, como soplo veloz, pasó el amor…, la esencia de la vida…; mas… aún vivís los dos. Tú de otro y de otra yo, dijisteis luego. ¡Oh mundo engañador! Ya no hubo noches de serena calma, brilló enturbiado el sol… ¿Y aún, vieja encina, resiste? ¿Aún late, mujer, tu corazón? No es tiempo ya de delirar; no torna lo que por siempre huyó. No sueñes, ¡ay!, pues que llegó el invierno frío y desolador. Huella la nieve, valerosa, y cante enérgica tu voz. ¡Amor, llama inmortal, rey de la Tierra, ya para siempre, adiós!
Recuerda el trinar del ave y el chasquido de los besos; los rumores de la selva, cuando en ella gime el viento, y del mar las tempestades, y la bronca voz del trueno; todo halla un eco en las cuerdas del arpa que pulsa el genio. Pero aquel sordo latido del corazón que está enfermo de muerte, y que de amor muere y que resuena en el pecho como en bordón que se rompe dentro de un sepulcro hueco, es tan triste y melancólico, tan horrible y tan supremo, que jamás el genio pudo repetirlo con sus ecos.
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