Rojo de fuego...rojo de pasión.
Un beso te di...¿en que planta?...
En la quinta.
Después se paró el ascensor,
en otra planta distinta.
¿Fué el ascensor o fué mi corazón?
El beso aquél hoy lo he pasado a tinta,
para que nunca caiga en el olvido...
¿Tú lo conservas?...
Yo aún no lo he perdido.
Por que de la inmensidad de la noche,
surge mi inmensidad de dudas,
señorita luna acompañeme otra noche,
venga, tome mi mano,
y dancemos en el borde de el planeta,
mientras que el reloj de la vida aun no suena,
estrellas como pensamientos fugitivos,
de un poeta empedernido,
o como aquellos suspiros de una dama fragil,
señorita luna,
venga, sujetemos el tiempo para que no caiga por aquel barranco,
robemos el reloj de la vida,
aquel, echo de oro fino,
aquel con el que la vida nos hace menos,
y nos demuestra lo poco que somos,
pero,
señorita luna,
vayamos hoy a robar las estrellas de el cielo,
robemos el tiempo,
detengamos la vida misma,
quedece conmigo y escribire poesia en su compañia.
Atravieso una tierra de nadie
en el lago del tímpano
donde se forjan los susurros
que acarician al exhausto señor del aire
así bosteza la noche contagiosa
que desemboca en un entrañable gris perla
lo que sugiere una lenta agonía de incienso
del mar atareado en sus propias raíces
cuando todo finalice
no me pidas regresar
al limbo del selfie
dejadme colgado en un eterno trávelin suicida
bajo la tutela del tercer ojo
Saltando de nube en nube
a cada cual mas negra su pesar
rayo confuso, inquieto roza mi pecho
pecho de diamante ya desierto,
viento que rompe mi aura de fuego
calmare los mares del norte
helando con ellos todo el sufrimiento.
En el capullo de gusano estoy
una bella flor veo, corona de reina
dulce niña
niña de ojos llorosos
de ver alto tan hermoso.
He aquí que ando un camino
de breves alegrías y largas cuitas;
pocas veces exánime,
muchas frustrado,
aunque nunca derramando
lágrimas de cocodrilo.
Existen firmes círculos
de voraz desasosiego
que obstinados originan
insufribles desarreglos.
Jamás la humana existencia
debiera tener un carácter sepulcral,
un perecer, o un vacuo diseminarse
en un espacio de infructuosidad.
Hermoso es el amanecer,
alentadores los brotes de vida,
y los amenos remansos de paz.
Flotan lejanos atardeceres
en mi mente en expansión;
dispares recuerdos van y vienen;
yo aún siento su pujanza.
Todavía no hay templo
que muestre un mundo nuevo,
una realidad ajena a la miseria,
alejada del impetuoso egoísmo,
de la aciaga miseria,
del vasto despliegue de atrocidades.
La negrura llama a la puert...
Extraña forma; sutil modo de volar por los aires, ebrio de palabras puras, de alocados giros deslumbrantes, sintiendo la fortuna del sueño, del cálido sueño redentor que del abismo nos libera y nos adentra en la sonriente eternidad del sol naciente de la sangre. Ya es hora de batir alas -poeta del espacio sideral-, de desterrar frías sombras, de aniquilar el horror, pero, sobre todo, de sentir la quietud de los nenúfares. Enloquece la nervuda realidad, sofisticados átomos danzan, todo se anubla en verdes paisajes tras una dolorosa queja sin fin. Temblor, negrura; amarillento follaje rodea mi luz vespertina; luz que ríe y susurra, entrelazada a sueños de mariposa, huyendo del infeliz sollozo, y de la cruz sombría, buscando anhelosa el prístino fulgor de toda imagen...
A ti te escribo, a la luz oscura que habita en tus ojos, al paisaje inhóspito donde fraguan tus pensamientos, al lugar secreto donde se liberan tus sentidos,
a la envoltura amorfa donde guarda silencio tu conciencia. Retas mis preceptos colmados de lógica sombría, refractando la realidad y cuestionando la existencia, revelas el incólume odre de los antiguos enigmas, reservado para aquellos que escapan a la dualidad del tiempo. Laberinto sin obstáculos amparado en el vacío, latitud celeste de mis profundas ilusiones a la deriva, legado de las conspiraciones trazadas en el firmamento, liana infinita que entretejes respuestas e interrogantes. Yacente en tus palabras, la inquietante idea de conocerte, y de interpretar las voces custodiada...
La bruja de la cascada
De la Lágrima Negra,
Camina lentamente,
Con la artrosis
Cubriendo sus huesos,
La cabeza envuelta
En una capa negra,
A juego con la tristeza
Que su semblante refleja.
Sus ojos observan
El verde follaje,
Las madreselvas,
Los primeros síntomas
De la primavera
Que despierta.
No le importan ya
Los insultos,
Ni las maledicencias,
Que a su paso se extienden
Cuando en la aldea entra.
Los niños ríen
Y la señalan;
La llaman fea.
Pero ella ha aprendido
A no escuchar,
A ser sorda a las voces
Que desean su mal.
¡Qué saben de ella!.
¡Cómo apuró
La copa de su vida!.
Cómo una vez
Fue tan bonita
Como el capullo
De una rosa
Por el rocío bendecida.
Que entre sus brazos,
Hoy débiles y sin fuerzas,
Un verdadero amor habitó
Que la hizo tan feliz
Co...
Te has marchado mujer
y ya echo en falta tu presencia
el sofoco de tu risa
la caricia de tus ojos….
qué difícil es desde ayer
advertir el besuqueo de la brisa
a la tarde que turba con su excelencia
y el primor del galanteo de sus rojos.
¡Ay mujer! vuelve tu figura hasta mis besos que perezco sin tus labios en tu ausencia.
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