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Sábado - 20.Abril.2024

Sergio Badilla Castillo

contenidos / pág.4 contenidos 1 pág.Ordena por
Enviado (04/01/2006) - Enviado por admin
El rompeolas opuesto a la luna
después de un naufragio frente a Kamara
y el tiempo muerto.
Las sirenas silenciosas esta noche
me muestran sus nalgas prodigiosas:
el halago tabernario de las hetairas, agradeciendo
las sombras
con sus eminencias atrevidas y sus pezones
como en todos los puertos.
No sé que día es hoy exactamente.
¿Será el de mi vida o el de mi muerte?
Ni por asomo un trago de Ouzo en las islas blancas de las
Cicladas para aplacar las fantasías.
El capitán no pierde la calma en la nave que extravió su rumbo
con las nieblas de abril
preñada de ánforas de aceite de Kalamata.
La costa tiene sedimentos de algas corruptas
en el golfo de Massimakos,
donde llegan los juncos del Asia con sus
fardeles de seda.
Allí nace la oscuridad en un angosto laberinto:
tal vez Creta o quizás Patmos hacia el sur.
Recono...
Enviado (22/12/2005) - Enviado por admin
Chile 1947
Las nalgas de Marlene eran hermosas y afrodisíacas
bellas sus caderas a la altura de mis manos
la descubrí después de una borrachera hablando sola;
con los muslos apoyados contra mis flancos
la cama deshecha y una colilla extinguiéndose
en pavesa en la mesita de luz..
Una señal paradisíaca en mi tierra desgastada de hendiduras.
Hacía tiempo que rondaba por regiones inexactas
donde suelen haber cantos de sirena cuando sube la marea
y la temperatura impúdica brota en licor
en el cuerpo libertino.
El refregón de su perfume me despertó ese amanecer
Cortinillas veteadas en la ventana en esa pieza blanca
devorada de claridad pájaros tropicales
de colores delirantes
y naves arrastradas por la corriente del río Paraná hacia
la cúspide donde mis pies, tropezaban con mis ojos .
Y las nalgas de Marlene,
mien...
Enviado (21/07/2005) - Enviado por admin
Chile. 1947. Del Libro "Saga Nórdica".
Hoy me declaro rey de Snaeland,
en la espesa bruma que ciega la bondad de los ojos
ante las piedras quietas que fueron arrancadas de su sitio
para ocultar la huella de los que se fueron en la tierra.
El trueno sonó repetidamente en la oquedad del silencio
rompió la humildad visible de todos los cristales
y los años se hicieron inciertos para aplacar la terquedad
de la memoria.
Muchos callan sus bocas o dan vuelta la espalda
desean recurrir a la lógica del recuerdo que se pierde,
a la solemnidad del buitre cuando alcanza las alturas,
pero que aún así, se nutre de horror en su rapacidad de ave.
Las playas siguen siendo arenales,
donde se esconde la vergüenza de los cuerpos sin rostro.
El oso avista una vez más, bestialmente a su presa
entre las rocas,
sin embargo, su za...
Enviado (15/01/2004) - Enviado por admin
No me observes hermano ahora y mira la elegancia de los espectros
ante la luz del día en el reflejo más claro de la refulgencia para encontrar la perfección
La mampostería en las murallas llenas de signos sacros
La cadencia de los pasos silenciosa en las salas de la mezquita de
Alabastro el templo enmudece como una límpida sugestión.
Cuántos enigmas valdría la pena descubrir en esta tarde egipcia
Me arrebato de aromas orientales, distingo la mirra y accedo al frenesí delos bálsamos levantinos
En este postrero lugar he llegado a la hondura del dominio de mí mismo, desposeída permanece la voz sin sentido y hurgo en el ánimo esa punzada pendiente y a todo aquello que se extingue exhibo / con desaliento / mi sano espanto.
Venero este lugar donde los prudentes se postran con humildad en las
Esteras...
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