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Martes - 16.Abril.2024

Soneto-Libro de los fresnos

contenidos / pág.4 contenidos 1 pág.Ordena por
Arqueros del alba
 
Para María Dolores Menéndez López
 
Soneto X
 
       No vueles, ruiseñor, hacia los cielos
Que se hacen más azules en verano,
Ni escapes, golondrina, de mi mano,
Llevada por la brisa y sus desvelos.
       No corras, herrerillo, aunque tus vuelos
Te dejen alcanzar lo más lejano,
Ni escales, carbonero, el aire en vano
De donde caen las nieves y los hielos.
       No partas, ave blanca, si tu nido
Lo tienes junto a mí, donde la tierra
Se alegra de tu voz y tu sonido.
       Amor serán los bosques y la sierra,
...

http://jrma1987.blogspot.com
Las alas de los cisnes se encresparon,

Buscando un cielo azul, bello y hermoso,
Y, allí, tú y yo, gozando del reposo
Que tantos parques gratos nos negaron.
Las horas del crepúsculo llegaron,
Cubiertas por un halo misterioso,
Y aquel lugar sereno y silencioso
Los rayos de su luz iluminaron.
Las aguas del estanque sosegadas,
Los remos en la mano, con pereza,
Miraron mis pupilas asombradas.
Detrás de ti las flores, la maleza,
Y, a la pared asidas, anudadas,
Las hiedras de una vieja fortaleza....
Hacienda donde el sol duerme su sueño
Es tu pupila, azul, pero brillante,
Lucero que se asoma en un instante
En un reino de sombra del que es dueño.
Un rayo que cruzó, gorrión pequeño,
El aire de la noche, estrella errante,
Palabra de cristal, voz semejante,
Alegre y marinera, se hizo empeño.
Palacios en los pórfidos oscuros,
Granitos bellos, siglos de belleza
Que el aire embruja siempre con su hechizo,
Tus ojos no son claros, pero, puros,
Alegres brillan, muestran la tristeza
Del ruiseñor que escapa del granizo.
Las hierbas ven al níscalo sagrado
Que nace de la tierra, doloroso,
Y así lo esconden, que es tesoro hermoso
Su cuerpo de coral, bello y rosado,
El llanto y el dolor de haber brotado
Buscando el sol un día tan lluvioso
Lo dejan fatigado, y, perezoso,
Bosteza alegre, aun bien que está cansado.
El níscalo es la sangre de la tierra,
Que en ella tiene todo su linaje
Su carne, al tiempo tierna y encarnada.
Nació buscando al sol, el cielo en guerra,
Y, oculto en las malezas del paisaje,
Aguarda a que se acabe la otoñada.
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