X. Benito (Barxes) /10/2010

 
Sobre el bacón de mi destierro
flotó su sombra en la ventana,
un escalofrío de aire helado
hurgó en mi piel y mis entrañas,
me devolvió de nuevo al coche
y conmigo también mi alma.
 
Mas que vi fue que imaginé
en el marco su esfinge esbelta,
y al girarse, horror, me asusté
tras su belleza un alma muerta.
 
Si fugaz fue el destello al verla
mas fugaz el viento de mi veleta
que tozudo por no saber rendirse
giró a su norte la afilada flecha,
y osado apuntó a su escafandra
con un tierno dardo de manteca.
 
Escancié en mi cuenco y bebí
de nuevo el vino de la vida,
e imaginé escuchar a Santos,
sus cuerdas razones y retraías,
y otra vez retom&eacut...