El anciano, tan callado,
pasa a la vida revista.
Entretanto,
se le cuela lo gozado;
no es tamaña la lista...
sí el llanto.
Juan-José Reyes Ríos
Extracto del poema "Floresta azur".
Web: http://www.galeon.com/jjreyesrios
Cuando te miro, miro
(río de amor tu mirada),
siento que mi cuerpo no es sólo mío,
ni sólo tuyo el placer que te abrasa.
En ese batir de invisibles alas
(con la verde luna en tu frente,
y nocturno pájaro en mis ramas),
por fin llegamos al estado
en el que cada cual ofrece su dádiva.
Juan-José Reyes Ríos
Extracto del poema "Arcoiris".
Web: http://www.galeon.com/jjreyesrios
Caiga en pedazos la realidad embrutecedora,
y háganse jirones los innumerables centones,
ahora bodrios incendiados por nocturnas teas.
El ritmo lento de mi aliento
se aparta del baile de la nimiedad
tan grosera en su insignificancia.
Y en vísperas de la hora insumisa,
no cederé a la chanza,
ni el festival de mi plectro
se trocará en miseria de sones
o en voces débiles y engoladas.
Caiga en pedazos la realidad embrutecedora,
sepulte la sátira toda banalidad;
que deleite hallo en el sepulcro
cuando el marasmo petrifica mi faz.
Ya sé que sin alas no puedo volar,
pero volará mi espíritu,
y tras un impulso inusitado
del firmamento escapará.
Juan-José Reyes Ríos
Extracto del poema "Cantos épicos y líricos".
Web: http://www.galeon.com/jjreyesrios
...
Arcoiris (IV) - 10 -
(A la memoria de Gustavo Adolfo Bécquer). Las horas cavernosas alzan su voz de hielo,
mientras en un rincón de la triste alcoba
se acurruca versátil mi aliento.
¡No, no quiero ángulos oscuros
ni arpas que arpegien desalientos!
“En los arrabales de la senectud,
¿qué importan la pasión y el tiempo?”,
profirió una voz rayana con lo casquivano,
y con el ánimo sin verbo del espectro.
Lo morboso y la impaciente mortaja
no pueden con mi borrachera de cielo.
No, los surcos de la muerte
dejan intacto mi abrevadero.
La Poesía, mi 'niño en el pecho',
ya vuela cual pájaro de luz
en busca del arcoiris,
que es núcleo, color y acento. - 11 -
(A la memoria de fray Luis de León,
usando mesuradamente de su ...
Arcoiris (III) - 7 - Si de la poesía
con las ninfas me enredo,
será porque me alejo
del asfalto de los tormentos,
de los ventanales que abren
párpados de sometimiento,
de los espacios sin quimeras,
sin pasión, o sin mágico verbo.
El alfabeto llama a mi cielo,
a ese cielo que es mi conciencia,
azulina casi siempre,
borrascosa ante el pomposo velo. - 8 - Gira súbitamente,
se alza, recobra al aliento.
Su dignidad es un dorso
diáfano y escueto.
Nació con la lluvia,
después del gran estruendo.
Nunca mira atrás,
pero con su aire soñoliento,
abre vías que son cauces, ...
llamaradas de sosiego. - 9 - Poesía que supere fronteras,
poesía de baúl para enterrar
lo “políticamente correcto”;
poesía que devenga subversi...
Arcoiris (II) - 4 - En esos ojos enfermos
-cuyos párpados pronto se cerrarán
para no abrirse jamás-
refulge lo que la vida fue,
no lo que pudo haber sido.
Sin embargo,
una escala caída del cielo
estira de su ilusión,
de la sonriente quimera
que gratamente estremeció su vida.
En esas pupilas enfermas
se proyecta el lecho de muerte,
lecho u oscuro rincón de la memoria
donde las hoscas tinieblas
ya se nutren de lo efímero. - 5 - De mi flor y tu flor
un cálido beso
que alcance cual voluta
el corazón del cielo.
Y desde allí,
desde el empíreo fundamento,
recorrer la grata distancia
que va desde la raíz
al fruto más cierto. - 6 - Amor desde un océano tal
que no arroje a sus orillas
los despojos del hombr...
Arcoiris (I) - 1 - Tu mirada enferma
yacía en la sala de hospital,
mas luego se acunaba temblorosa
tras los convalecientes cristales,
allá en el crepúsculo de rosicler.
Y aquella luz no era polvo, ni humo,
ni perecía junto a la marchita flor.
Era ilusión, chispazo, ...
poema, cántico, rebeldía, ...
fuga y punto de inflexión.
Tu mirada enferma
da la medida de todas las cosas;
de las que son en cuanto que son,
y de las que no son en cuanto que no son. - 2 - Quiero decirte esta noche,
prisionero del mundo, prisionero,
que no hay surrealismo que valga,
si finge horizontes sin vientos.
A mí ya me sobran el producto fiero,
las ganas de esquilmar la mar,
la codicia, la avidez de poder, ...
y esa diabólica espiral de m...
Son oscuros, son horrendos,
son pensamientos que me igualan
a lo cósico del inmenso universo.
Ahí, solo, casi incomunicado,
en la región del perpetuo olvido,
hilvanando frases, zurciendo versos
que en otros tiempos formaron parte
de perfectos poemas del mundo sentido.
No sé, la soledad, el silencio, el olvido...
¿para qué componer edificios de palabras
que hoy valen menos que un silbido?
Mañana quizá no versifique, no ritme;
acaso mi corazón, de soledad quebradito,
sea torpe en escandir, esquivo al rimar,
perezoso en encabalgar lo vivido. No sé.
Pero hay escuadrones de solitarios,
batallones de seres aislados en el mundo.
El verso sólo me hace más humano
si es asimilado por la inteligencia...
yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un enpujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazçon a mis asuntos.
Tamprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo...
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