 | ANÉCDOTA INEFABLE Esto pasó cuando menos lo esperaba.
La piedra me soñó petrificado.
Nada sabía el aire ni el agua.
El cincel, el martillo, la campana,
la tarde, el tiempo... Todos dormían.
Menos yo.
Y en ese sueño era piedra.
Frontera de nube y almohada.
Desperté de noche sobre la luna.
Siendo piedra, siendo sueño, sin saberlo.
Dormí en el fondo del mar... Sin color.
Frontera de roca y esponja.
¿ Para qué decirlo ?.
Nadie lo creería.
Y menos cuando se enteran que uno
es un sueño de una piedra.
Y sin embargo, se puede.
Aunque sólo enamorado, de los ídolos
del amor. Y de las flores de acero.
Se puede sentir. Se puede imaginar.
Se puede soñar, incluida a la piedra que sueña.
Pues esto pasa en los sueños.
De otras piedras. Cuando nos sueñan.
Sin saberlo.
Y el aire se humedece de alegría.
Y lo que parece deja de serlo.
Y al final no puedes contarlo.
Completamente... ¡ Sólo lo inefable, como aquí !. Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez (30/12/2016) - 2075 visitas - CIELO INHÓSPITO
(Neosurrealista visual) Yo sé de un árbol en la paz honda del campo,
en la dulzura de sentir el sopor del mediodía.
Él, a veces ciega y acobarda, aún limpio de toda cosa.
Dulzura al elevarse como estrella inaccesible y alta,
alumbrando al silencio mismo. Fuerte más fuerte que el alma.
En la violeta humilde al morderse el signo del Infinito.
Soy tierra desgajándome. Hay momentos del sentirse, extraído del ropaje,
como rotas aguas. Donde no se llega aunque llegar se crea, y así no besas aunque beses.
A veces reflejos, a veces mentiras,
dónde se pierde luego la palidez ligera.
No recuerdo la fecha. Dejé en el jardín su frescura y sus fragancias.
Tan simple como es complejo el firmamento.
Y viendo la libertad tan quimérica.
Tan noche como es la noche en la mundial vorágine.
Siendo lanzado a su orilla. Ya rompiendo un delgado velo vano.
En la blancura de sus dedos finos.
Como una concha sin perlas. Sin la voluntad que enfrena.
Al piso sumiso que quiebra pórticos y bostezos desdeñoso.
Como el canto de pájaros nerviosos.
¡No toques al loto ni al rosal!.
Si no sabes hacerlo.
Pues el tiempo se aleja cada vez más del reloj sin cuerda.
Sin el hilo de las mártires antorchas.
Y el fresno se cansa del bordón y las muletas.
Por la miserable hambre del cobre.
Las cosas se mueren con el polvo de su viento.
¡No se debe desear lo que se ignora!.
Yo no sabría decir de qué color ni de qué forma.
Pregúntale al agua de tus ojos.
El cabello de platas hace luces, bien sabe que miente el prisma,
del momento del prólogo al epílogo, el himno solo implora y se desvanece.
¡Las palabras y sus letras, nada son,
al ciego oído, sin gusto,
por el perfume!.
En el rojo que no existe,
en la monotonía del azul sobre el mar,
ni el amarillo del agua,
en la muerte dorada,
donde flota la transparencia.
Bien abierta está a las mareas y los ciclones,
donde el mar plantó su raíz roto.
Por lo más puro de sus ojos,
donde la música es grata,
aún más que su silencio.
Autor: JOEL FORTUNATO REYES PÉREZ (30/12/2016) - 2196 visitas - ROSA FOGOSA
(Neosurrealista visual)
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En
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la primera
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flama, es seria, sin
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ser rojo diamante, con la
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dulzura, fragancia y delicadeza.
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Si es flor o fuego, no la sujeta espina ni
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raíz, si es pájaro, su cuerpo dibuja al viento
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pasión, vida, olas lentas, con la cintura grácil
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blanda del reposo, en la pureza blanca, en lo
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imposible azul, áureo espíritu. ¡Allí, allí!.
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Dentro está todo, círculo y eternidad,
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afuera no hay nada, ni hielos fríos, ni
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hilos largos. ¡Oh! En Egipto el amor
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puro. ¡Oh!. Preservadora,
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en la embriaguez
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con olor de miel
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discreción.
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Todo
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ello.
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Y lo que es, está en su lugar, sangre y regeneración. Todo lo que no sea, en la ofrenda
mortuoria, deja un hueco en el viento mártir, un rocío leve cayendo en la tiniebla,
con la dulzura de estar limpia. Serán al atardecer, recuerdos, olores, frescura.
Más lejanas estas cosas, en el tiempo siembra, la dulzura de elevarse, roja,
blanca, como estrella inaccesible y alta, alumbrando el silencio. Es,
útil sin ser tosca, ni espina inocente, es tierna sin blandura,
una caricia, una sonrisa, y es buena, aún sin saberlo. Por
la hora del amanecer. Agrada acariciar sus cabellos,
como sus espinas. ¡Mírala! Sin el cansancio, es
día de ponerse a sol vivo, en el ansia, semilla
ciega, fértil fuego, se oculta en los nidos de algodón, en los huecos
de los relojes, danzando por los canales gota a gota, como el agua con sabor
a mañana, sobre la primavera de la tierra, donde miles de flores resplandecen,
amantes, alfombras, nebulosas, celestes, maternales, pasionales y a los vientos guiando.
Autor: JOEL FORTUNATO REYES PÉREZ
(30/12/2016) - 2413 visitas - Pedro (un mocetón)- Los he visto.
Luis (un anciano)- ¿A quiénes has visto?
Pedro - A don Quijote y Sancho.
Luis - ¿Dónde?
Pedro - En tierras de Toledo.
Luis - Joven Pedro: en este espurio antro de apariencias y superficialidades, la corrupción no tiene enmienda. ¿A qué han de venir de nuevo ese hidalgo y su escudero e instalarse en un siglo de pocas luces, escaso de oxigenación, batiburrillo de mezquindades y menudencias? No. La antigua grandeza -si es que la hubo- está hecha pedazos. Aquí ni siquiera se dan cita confusas imaginaciones, y donde se alza la meritoria voz se quiebra el orden, o salta la liebre. Has de saber que, hoy día, no sirven los juramentos a pie de un árbol, ni en sala eclesial. Incluso el sol está atónito al no hallar hermosura fuera de la naturaleza virgen. Todo es amarillez y tantas cosas huelen a podrido. Se murmura por doquier que el espíritu es incapaz de vestir un modelo de realidad que a todos satisfaga; que la violencia, la belicosidad y un cúmulo de bellaquerías y tristezas corretean por las anchas ciudades. ¿Hoy, la caballería andante? Grandes desventuras sufren los humildes, como para que demonios bailadores, rucios desaliñados e invisibles golpes desmoronen su precariedad. No. Son tantas las tribulaciones, tantos los agravios, tantas las necedades... Don Quijote y Sancho suspenderán su partida tan pronto contemplen el espacio donde se han introducido. Podrán comparar a simple vista este y aquel mundo de sus comienzos. Prestos se darán cuenta de que el juego de ajedrez se ha envilecido. ¡Ah, para sintetizar diría que el nuestro es un tiempo de locura y no necesita de locos a caballo que lo conduzcan al abismo! Hoy, amigo Pedro, soplan funestos vientos, no aconsejables para errantes caballerías.
Extracto de mi poemario: 'Fulgores'. Mi página web: http://www.galeon.com/jjreyesrios (21/12/2016) - 2251 visitas - Te miras al espejo, no reconoces quien es el. intentas sonreir para ver si vuelve tu ser. es inutil, aquel ya se fue. murio junto con el obscuro mar de promesas vacias intentando verte llorar. hasta aqui llegamos oh viajero. pues ahora es otro el que se ve en tu reflejo. (16/12/2016) - 2466 visitas - RISAS DEL MAR El mar era azul, era plata, era verde, era añil.
Era el soliloquio de la luz
reverberando en el silencio.
El mar reía gaviotas,
reía cuerpos desnudos zambulléndose,
reía su gozosa brisa en los oídos.
El mar era la palma de Dios
abriéndose en eternidades de espuma.
De "La naturaleza en el corazón", libro en pdf gratuito: lanaturalezaenelcorazon.blogspot.com.es/
(11/12/2016) - 3643 visitas - NOCHE En mi mano cerrada llevo la noche, acurrucada como un gatito negro. No puedo apretar mucho su hondura; las estrellas se me clavan. La he cogido por sus cabellos de brisa y la he aprisionado en mi minúscula voluntad, para amarla a placer, ella conmigo y yo con ella, negra, como su alma ensimismada. Pero se escapa, como una lágrima de pájaro asustado, en un líquido aleteo, con sus gigantes pies descalzos hacia su aire universal, dejando caer redondas palomas negras entre mis dedos. Ha penetrado en mi carne, ha penetrado en mi voz, y mi andar ahora es sombra colmada de soledad. Es un solo pensamiento anhelante, como boca de recién nacido, de totalidad. De "La naturaleza en el corazón"libro gratis en pdf: lanaturalezaenelcorazon.blogspot.com.es/ (11/12/2016) - 2454 visitas - Te estoy esperando en casa
La vela encendida sigue
Del fuego de nuestro amor
El calor aun se percibe
Mientras espero que vuelvas
La cama sigue tendida
Calida es la habitación
En la que te esperaría
De tu barco no hay noticias
El mar no me ha dicho nada
No he sabido de tormentas
Que tu viaje retrasaran
Aunque estes algo atrazado
En tu llegada yo pienso
En ese abrazo infinito
Que esperé por tanto tiempo
Imagino nuestro beso
Como en las nubes estar
Y para ti un dejabú
De volver a navegar
El silencio ya es muy fuerte
El reloj un enemigo
Que quiere que no regreses
A la hora que has prometido
Mas han tocado ha mi puerta
Y un mal presagio he tenido
Algo malo pasará
Algo que yo no he elegido
Al bajar las escaleras
Siento un escalofrio
El calor se va esfumando
Para darle paso al frio
La llama sigue encendida
La habitacion sigue en calma
Pero la paz es locura
Cuando de amores se trata
Si es mi amor un traicionero
Me quedaré sin palabras
Mas no se si he de querer
Saber que mi amor me engaña
Los crujidos de mis pasos
Al pasar por la escalera
Son reflejos de mi alma
Que dentro grita de pena
Paso por el comedor
Y atrabieso la cocina
No hay ni miras del calor
Esta habitacion sí es fria
Abro la puerta de roble
Que al ser abierta rechina
Detrás aguarda un señor
Conocerlo precentía
El hombre me da una nota
Y sin decir adios marcha
Yo le digo que regrese
Él no voltea y se larga
Tocan la carta mis manos
Con intriga y suabidad
Ahora no solo hay frio
Se aserca la oscuridad
El fuego se va apagando
Mientras leo tus palabras
La tragedia que ha ocurrido
No es muerte, es una farsa
Fuí una pieza de tu juego
Yo era parte del engaño
Voy leyendo y poco a poco
La llama se va apagando (08/12/2016) - 2150 visitas - Sentada y contando las conchas de la orilla, con un temblor en mi dedo: el de tu ausencia. Sentada, con mi falda manchada de estrellas.
Rezumo una gota de quietud con sabor a tu nombre.
Sentada, me levanto para seguir el rastro de las mariposas que portan tu risa. Maite Sánchez Romero (Volarela), "Madera y miel" (04/12/2016) - 2037 visitas - VERTIGINOSAMENTE ENDURECIDO guitarras, madera,Pero de pie resiste la calumnia,la celeste herencia indiferente,y el grito desteje sus azules, con nada temas,de petición postrera, con el rumor del almendro,porque aquí surgió la mano, deliciosaprimicia, en su balanza de audaz medida,con ese brazo inexistente. Es de la primavera, creo, que tal vez un poco con su otoño,que se anuncia, mientras rasura despacioso al césped.Y enardecido como su guitarra, camina.¿ O ha de quedarse pálida, amarilla,desmayándose lenta, calcinada?.Ya soñando el amor desde su orilla ligera.Con la punta, de sus sombrillas, al sol.Un dolor como un árbol, en la trinchera del fin dichoso,seco por la mañana. Un dolor sin orilla, en el humilde rol de los vergeles,para dormir al agua, con sus olores.Y desde cada momento, con un cordón de seda,perdido entre las calles,donde todos solos, hemos pasando,por encima de ellos tan a menudo,que nada les dejó de su nueva tiesura.A todos doblegó, inválida y blanda desolación,que no dejó, ni uno solo, sin conquistar. Aprendí la manera del mundo, de la madera, de las raíces,que pasan desconocidos, desde el árbol insomne. Ahora, despertada, cada una de sus hojas, en los ojos.Pero no pudo ser. Y aquí me quedosin gloria ni valor, que no apetezco, de los tétricos socorros.Tan sólo un poquitín de la flor y la hoja verde,y el mar al darles su todo azul, sin la espuma blanca. La niña pequeñita, con el brazo de amor que la llevaba,de pensamiento, cuando no sea ya más, que otro deseo extinto. De un soñar antiguo,porque la armonía descansa,nacido a luz y sol, hecho ya una palabra.Milagro al fin que vive, lozanías y reposos sin hojas.Ya habiendo tenido quizá, la elección acertada,pues era tupido y requería uso. ¡Bajo la piel!. Aunque en cuanto a lo que vi allí, el camino colma y corre,eso que allí ha quedado, en su rama temblorosa,lejos del viento, puesto que no la miras, sin gente,en el compositor sublime, en el rostro que vejan,por algún hogar con embeleso. ¡Al imitar, peregrino al acero!. Autor: JOEL FORTUNATO REYES PÉREZ(29/11/2016) - 2059 visitas - | |  |