intimista

Rayito de sol ¿qué quieres?
¿Jugar con mi niña un rato?
trátala con cuidadito
que le puedes hacer daño.
Tiene una cara tan fina
y un cuerpecito tan blando,
que si me la miras mucho
llegarías a quemarlo,
y es una pena; ¿tu sabes
los años que me ha costado
conseguir este lucero
hasta que al fin lo he logrado?
y ha venido tan bonita
con la sonrisa en los labios,
que me creo que es un ángel
escapado de algún cuadro.
Por eso, a mí no me extraña
que te hayas enamorado
de su carita de rosa
y de su piel que es de raso,
pero..., ya sabes rayito,
acaríciala despacio,
que es tan suave y tan chiquita
que le puedes hacer daño....

 
Nuevamente la cigüeña ha equivocado el camino;
nos ha llegado una carta, que es un mensaje divino
y dice que no te enfades porque ya no viene el niño.
Le traía la cigüeña con gran cuidado en el pico
y al pasar por una nube apareció un angelito
con las alitas de plata y de estrellas el vestido;
era un ángel juguetón y a la cigüeña le dijo:
sube un poco más arriba y ... ¡Ya verás que bonito!."
La cigüeña subió tanto, que se cansó y abrió el pico,
entonces perdió el paquete en donde venía el niño,
pero el ángel juguetón que les había seguido
lo recogió con sus alas y hasta el cielo le ha subido.
Nu...

 
Realidad de una ilusión será mi boda,
ya siento sus pasos cerca de mi alma
que pronto con otra su vida empieza,
ascendiendo muy juntas hacia lo eterno.
Será un día esplendoroso, aunque el sol
salir no quiera a iluminar nuestras galas.
Para dar luz y alegría, bastará nuestro cariño
con toda la fantasía de ensueños y de magias...
 
 
 
 
 
 
 
 
 

MÁRTIR
Soy un nómada del sentimiento que irascible golpea en las puertas.
Soy un apátrida del amor que busca en las papeleras.
Soy un huérfano del querer, maldito por siempre.
Soy un fugitivo que se oculta en la noche. ¡Pobre esclavo del sufrimiento!
Soy mártir errante atormentado atravesando los arenales de la Memoria.
(Valentinus2004, Josep Esteve Rico Sogorb)

REGRESO AL INFIERNO
He buscado el cobijo de mis lágrimas
regresando a mi particular infierno,
ese que todos alguna vez llevamos dentro.
Anteayer me despedí de las caricias
que te daba al rozar tu cintura.
Y el amor se alejó de mí
vistiéndome de negro.
Me gusta el color negro
aún hoy, cuando sigo errante…
(Valentinus2004, Josep Esteve Rico Sogorb)