Pasos En La Soledad
En los latidos mudos y fugaces de hálitos lacrimosos
emergen los recuerdos desgastados de sabores y deseos,
destellos grises y nublados de tiempos sin luceros,
esencias de sentimientos, de fuego frío y pedregoso.
En senderos nocturnales de cántico y de invierno
fluyen las huellas solitarias de anhelos secos y muertos,
huellas de querencias no alcanzadas, de destino incierto
ausencias presentes en días sin colores, en noches de silencio.
Pasos en la soledad que se pierden en un olvido etéreo;
olvido, distancia y obscuridad, sentencia marchita y sin fuego,
pasos cansados en la soledad dormida, soledad llena de un vacío sediento,
pisadas y lágrimas en la lejanía que lanzan un grito mudo y somnoliento...
¿Por qué me lees?
¿Por qué me lees?
Acaso crees que encontrarás en mí trazos de un camino sin tiempo,
o descubrirás los latidos fragantes del ave fénix
que quedaron en un níveo firmamento,
o quizás piensas que encontrarás alguna perla perdida de Goethe
que quedó en el olvido lejano y sereno.
¿Por qué me lees?
Será que piensas que hallarás el néctar luminoso y elegante
de Hölderlin cual suave cántico de invierno,
o quizás pienses que hallarás los durmientes tesoros
de un libro sin autor y sin fuego,
o puede ser que consigas las pisadas dormidas de un gélido lamento.
¿Por qué me lees?
Acaso piensas que hallar...
Canto, fuego, lágrimas y pasión,
mezcla perfecta para escribir un poema,
poema fruto del corazón,
elementos para abrazar a aquella princesa,
princesa que el tiempo con su frío oleaje sepultó.
Batallas, furia, heridas, dolencias y sudor,
ingredientes para forjar nuevas letras,
letras que fluyen en sangre, vida y amor,
lecciones, recuerdos, sueños y vivencias,
afluentes que nutren a la inspiración.
Estilo, técnica, belleza y fulgor,
para escribir un poema, como las grandes estrellas,
estrellas que dejaron su legado en letras de oro y canción,
joyas literarias de luz y miel, de fragantes lluvias y eternas primaveras,
legado que nos impulsa a crear una histor...
Cuando Sea Famoso
Cuando el viento me traiga
las horas desgastadas,
las letras macilentas
derretidas en tinta muerta y fría,
veré las doradas estrellas de gloria fresca y dormida.
Cuando el viento me traiga
las heridas cultivadas,
las hojas polvorientas,
llenas de palabras mudas y sombrías,
veré las joyas fragantes de la victoria renacida.
Cuando el viento me traiga
los silentes pensamientos,
las ideas fragmentadas y carcomidas
esparcidas en ausencias sepulcrales y en áureas ruinas,
veré los fulgores de las fragantes y dulces melodías.
Cuando el viento me traiga
los latidos enterrados
en pétreas lágrimas y en un olvido sin momentos,
anhelos pisoteados y llenos de amargas espinas,
veré entonces los c&a...
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