juan-josé reyes ríos

Siempre el haiku
es maestro de incógnito,
buscando un lar.
*
*
Es noche abrupta.
Levantiscos murciélagos
me sobrevuelan.
*
*
Era un haiku
en bolsillo andrajoso.
Mas ¡qué destello!
*
*
El hipopótamo
de la luna contempla
móvil reflejo.
*
*
Por mis riberas
se explayan los haiku
más melodiosos.
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En la miseria
se interpreta la vida
desde la hondura.
*
*
En la tribuna,
perdido el eslabón...
¡ostentación!
*
*
¿A ese tabú,
colgado del perchero,
cantan los grillos?
*
*
Quizá vinieran
dinosaurios con cuernos,
tras el chispazo.
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Es tan innoble
que no tiene refugio
bajo la máscara.
*
*
Con el relámpago
se retraen las ínfulas
del arrogante.
*
*
Mirar al cielo
y jamás abismarse
sin sonajero.
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Todo concuerda,
menos los locos átomos
y el leve soplo.
*
Esa ninfeácea
con las hojas natátiles...
¿será noctívaga?
*
La vieja noria
rotos los engranajes...
¿Adónde su alma?
*
Está nevando.
Las cumbres me acongojan.
No he de parar.
*
Ese obelisco
que apunta al cielo...
Luz revelada.
*
Las bellas flores
son ansiado sostén
para mi aurora.
*
Noche de obuses.
Se celebra la muerte.
¿A quién el don?
*
Es pobre aldea.
Y los copos cayendo
con bamboleo.
*
Esas vidrieras
me llevan al pasado.
¡Oh viejo mundo!
*
A gran altura
todo se ve pequeño.
Pero la música...
*
Cuando la vi
de color opalino,
me suspendí.
*
La mariposa
con la flor se deleita.
Jardín sereno.
*
En el sendero
crisantemos en flor.
...

¿Un trabalenguas
en un haiku brillante?
La vida es corta.
*
Abstruso, no;
quizá con muchos guiños.
Es un haiku.
*
Sin titubeo...
en la flor del haiku.
Templo en ruinas.
*
No; sin barniz,
y sin oscuridad.
Sólo un destello.
*
Él nos lo dijo:
"Los meses y los días"...
Son eviterno.
*
Yo sigo el hilo
que conduce al haibun.
Pero ya es noche.
*
Como serpiente
se enrosca la glicina
en árbol grande.
*
Con luz de luna,
se le cae la baba
al renacuajo.
*
Una balada,
una gramola...
tiempo vivido.
*
A pierna suelta
sueño con la beldad,
bajo el naranjo.
*
Vedla subiendo
dóciles escaleras.
Su pelo al viento.
*
La inspiración
es tan ligero golpe
que contamina.
*
En el espíritu
ya deja el desengaño
...

Tal escritura
es un botón del cielo.
Noche de invierno.
*
¡Qué zarabanda
de átomos jubilosos,
cumpliendo un voto!
*
Desde la muerte,
el pájaro de luz
en pleno tránsito.
*
El universo
se ha tomado un respiro.
Brota el ensueño.
*
En el portal,
omega luminoso.
Ruta sin fin.
*
Movientes átomos
que, desde las tinieblas,
sois faros únicos.
*
Nubes rojizas
al final de mi vida.
Salta la chispa.
*
Por el cantil
sube la corruptela.
¡Menudo hartazgo!
*
Miran tus ojos,
hijo del firmamento,
todo lo injusto.
*
Monje budista...
¿por qué cuelgas los hábitos?
Palabra y fuego.
*
A contraluz,
la hosca idolatría
es como daga.
*
Esas figuras
son ídolos de barro.
Fauna moderna.
*
Retumba el cielo,
la botella se agita...
...

El universo:
árbol de sol con dedos.
Nunca el otoño.
*
Como un arroyo,
del alma la figura.
Tan leve roce.
*
La roja sangre
es un jirón de mí.
Pie de locura.
*
Es un temblor,
embate de siglos.
Mundo en progreso.
*
La infinitud
es fruto sin cabeza.
¡Oh muchedumbre!
*
Rostro de mármol,
racimo azulino.
Puerta hacia el sueño.
*
Cual frío rostro,
surgiendo de la Nada.
Lampo fugaz.
*
Niño del mundo,
espíritu de fuego:
¡no adolezcas!
*
Papel florido:
¡cuánto aliento me falta!
Hay fuego en mí.
*
Esa pelota,
canto de la ciudad.
Pero no es alma.
*
Lleva en su diestra
la piedra de arco iris.
La catedral.
*
Volando el ave,
cielo azul en la mar.
De luz pezones.
*
Alma perdida
en la nutriente vida.
...

No sólo es la desnudez de tu cuerpo,
ni tu delicada sensualidad,
ni mi pujante lascivia
lo que en la Noche Innocua
impone una excitabilidad extrema.
Es, sobre todo, tu animoso mundo anímico,
enfrentado a espurios submundos
lo que me impulsa a fundirme en ti.
En un instante, se aparta todo lo ruin,
se establece la indisoluble armonía;
se atizan las ascuas de mi interior,
se retira la vacua verbosidad,
y se desvanecen las tinieblas.
Entonces, brilla un sol abrasador
en nuestro común cielo de serenidad.
Y quedamos templados en el mundo.
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[1]
¡Ay, Isadora, diosa antigua
de extraordinaria belleza,
renacida para el hombre moderno!
Con tu pequeña túnica de gasa incolora
danzas alrededor del dios Pan
y ya las bacantes quedan seducidas
ante la armonía y elasticidad de tu cuerpo.
¿Qué transmitías con tus gestos,
con tus elocuentes brazos,
con tu lindísimo cuello de cisne,
con esas piernas de ninfa de los bosques?
¡Oh diosa del ritmo,
dríade que nos besa,
mientras danza!
Acá viniste para mostrarnos
que la pura belleza femenil,
la belleza de la antigüedad griega,
la belleza de la danza clásica griega,
la mujer en estado sublime...
todo ello había cobrado vida en ti.
[2]
Isadora: tú y la danza.
Con esos ritmos...
—fluidez de movimientos,
depurada expresión que provoca
fuerte emoción...

Como las cosas
y brotando un sentir.
Voz que despierta.
*
A mi tristeza
el placer de vivir
siempre supera.
*
Ese camino
es senda de otro mundo.
No va, ni viene.
El Li Bai cósmico,
con su jarra de vino,
frente al fenghuang (=el ave Fénix occidental)
*
Atardecer
de la miseria humana:
¡lárgate pronto!
*
Como un relámpago
resplandecen mis ayes
en noche amarga.
*
Amanecer.
Resuenan en la playa
las caracolas.
*
Con el paraguas
y los copos cayendo...
Zarpa un velero.
*
¡Oh, samurai,
que viviste y te fuiste
con mucho honor!
*
La luna es clara;
humilde mi aposento.
Te siento dentro.
*
Noche de luna:
es la quietud del lago
lo que me inspira.
*
Nada me llevo
de una época frustrante,
salvo los sueños.
*
Es realidad
que nunca deja al hombre
en la cuneta....