poema corto

 Cuando Dios dejó de existir,
el viento helado del norte
se llevó un sueño
en una noche
de luna creciente.
 
Los viejos cuervos
anidaron en su pecho
y rayos verdes
rompieron el cielo.
 
Su mirada salvaje
se perdió en un mar
de noviembre.
 
En la costa de las locas
el alma se le heló de golpe
en mitad de la noche,
se sintió de golpe
como una rosa
nacida entre las piedras.
 
Todo a su alrededor
enmudeció,
una calma irreal
la sacudió,
todo se volvió desolador.
 
Un mar infinito
de olas grises,
un viento que le trajo
voces, susurros,
sollozos,
pensamientos furtivos,
que se escapan de dentro.
 
Una voz desgarrada
rompió el silencio,
sinsabores, angustias...

Llevo años recorriendo esta sinuosa senda
aquella que me lleve al entendimiento profundo
que me revele mil y un saberes
y la tranquilidad del alma sopesando todo.
 
Pero cualquier iluminación ancestral no se logra,
si tu imagen atraviesa como rayo mi mente,
alborotas sentimientos, emociones de mis ayeres
y todo lo avanzado se retrocede, se estanca, se detiene.
 
Porque cualquier equilibrio no es posible
si todo en mi mundo es orden,
necesito un poco de locura, un poco de caos,
en otras palabras, un poco de ti y tu esencia.
 
Requiero un momento para calmar mi tormenta
ya no sé si huir, frenar o hacer frente en esta guerra,
llevo años recorriendo esta sinuosa senda,
y resultaste ser, sin remedio, mi meta.
 
FUENTE: Saludos...

 
Quien te ama con mucho ruido
dice de su necesidad
no de tu felicidad
aunque el silencio, contiene el olvido
cuando el miedo esta en los ojos
puesto que mirar no es amar
sino averiguar.
Por esto, amor, me embriagan los sonrojos
(rojo agotado) de tu rostro
cuando con mis labios tu boca toco
musitando con susurro zalamero
al oído…….lo mucho que te quiero

I
Sólo la luna
y los borrachos vieron
llegar la niebla.
.
II
Tras la tormenta
y entre nubes
la luna
que ayer
fue nueva.
.
III
Parte el silencio
Una gota de lluvia
Y un soplo de viento.
Grito de Gaia.
Mundo Muerto.
.
IV
Desde el tranvía,
de colores las
casas y gris el
cielo.
.
V
Noche de abrigo.
La harina se funde
El molino se queja
del viento frío.
.
VI
La mañana
claros entre las nubes
y algunos charcos.

He conocido el amor, he conocido el dolor, he conocido la soledad.
He sentido la sonrisa brotar de mis labios, he sentido el rictus de dolor brotar de mi rostro.
He visto desvanecer tú rostro de entre mis manos.
He visto la magnitud del amor brotar de tú corazón.
He amado con locura, he amado con dolor.
He deseado morir, he deseado renacer.
He vivido en ti…
He muerto un poco en ti…

Lentamente me acerque a tú orilla y contemple la profundidad del mar.
Lentamente me acerque a tus ojos y contemple la profundidad de tú ser.
Lentamente me adentre en tus aguas, hasta sumergirme y recibir tu abrazo mortal.
Lentamente me adentre en tú ser, y recibir tu abrazo de amor.
Lentamente me desperté de un profundo sueño, y ahogado de sensaciones en tus brazos me hallé.

¡Salve, Oh, poeta
con tus dulces rimas
como vas desgranando
las palabras,
con las que formas
esos tiernos versos,
con los que nutres
y alimentas a las almas,
que àvidas estan
de que alguien les diga,
que en este mundo
aun existe
una chispa de amor,
de encanto y de magia.
Porque al hilar
cada una de las letras,
con las que das forma
a todas las cuartetas,
con las que engarzas
y escribes tus poemas,
tienes la cualidad,
de lograr que quien te lea
logre sentir, que al existir
una bella poesia
quizà algun dia
olvidaràn sus penas.

Por mi lloraste un día,
por mi desordenaste tu corazón,
por mi dejaste de leer poesía,
por mi te alejaste de mi amor.
Por que no soy duro
ni endeble tampoco,
porque sufro mucho
cuando me das muy poco.
Porque un si es rutina
y un no para mi es de locos,
porque tu dulce sonrisa
no esta al alcance de todos.
Porque un dolor no es un castigo,
porque por mi dolor
tu me castigas poco,
porque cada noche sueño contigo,
“Tu me vuelves Loco”.

Hoy no quiero na, na de na.
He sentido mucha tristeza
a mi alrededor.
Caras sin rostros,
bostezos descubiertos.
Ocho pilas a un euro.
Pasos de pies,
cortos, rotos.
Sonidos de silencios.
Recuerdos de otros tiempos.
Hoy no quiero na, na de na.

Y solo son las seis de la mañana.
Le he robado tiempo de sueño a Morfeo.
Luego, más tarde o más temprano
me pedirá cuentas.
Te llevo en mi pensamiento.
Mi bien amada.
Menos, nada.