Entrelazaron sus ramas
dos frondas enamoradas,
lindamente apasionadas
el par de tiernas retamas
verdes naturales damas
de amarillentos barnices
que alternaban los deslices
mimándose, entre las flores,
confirmando los amores
de sus ardientes raíces.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 11 de marzo del 2024
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
Mi amor te lo confieso
el mito y la leyenda
nos llevan por su senda,
la luna no es de queso
que comería de un beso,
si está llena es de plata
que mucho se aquilata,
mas, en cuarto menguante
de pasión delirante
sin su brillo nos mata.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 29 de septiembre del 2023
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
Amor mío, tú eres como dinero, centelleos de oro vivo en tu mirar umbrío y fiero,
en tus cabellos de reflejos áureos, en tu semblante sincero,
en tu andar desenfadado de paso certero.
Como dinero,
con tu sonrisa que conquista sin esfuerzo, zalamero,
con tus juegos de lobo remolón y tu talante de acero,
como dinero, dan ganas de robarte entero.
Y relumbras tanto que todos te querrían agarrar,
bien en ocios o en negocios, para ellos qué más da;
a ese brillo que desprendes todos lo querrían en sus vidas,
te comprarían cual billete ganador en una lotería.
Ah, pero que no se engañen… tú no eres como el fácil dinero,
sino como aquel que se trabaja du...
Náufrago perdido, llegaste a mi costa
con tus brazos cansados de bracear con la derrota
en aguas saladas y remotas, de un frío que te obliga
a soltar tus ilusiones y verlas irse a la deriva,
tu alma resentida convertida en terracota.
Ah, amado mío, naufragaré contigo…
Pirata herido, abordaste mis playas
con el sabor en la boca del fragor de la batalla,
ardiente como la cazalla, zalamero como el ron,
corsario renegado de negada absolución,
la oscuridad de tu alma reluciente cual medalla.
Ah, capitán curtido, batallaré contigo…
Entre las inquietas aguas del mar,
más allá de las arenas que generan perlas,
donde el alga se hace hogar y la galerna sopla eterna,
tú y...
Mis lágrimas son de lluvia, saben a tierra, huelen a nubes; son frescas como el loto empapado. Te aman. Te buscan. Tu pecho permanece abierto con la roja ternura de un volcán: se contiene y se mece al ver llegar las negras estrellas de mis labios. De pronto, tu ansia es una mariposa que ha quedado ciega por el sol... y ciegamente me besas bajo la tierra espesa de mi pelo; y tus manos enceguecidas tocan las amapolas tintineantes de mis labios; y tu piel ciega se mezcla a mi piel ciega en la dorada arena que viaja por el cosmos...Y nuestros cuerpos ciegos y abrazados refulgen llameantes, sorprendidos como tulipanes de plata llevados por el viento... Maite Sánchez Romero ("Madera y miel") Fuente: http://maderaymiel.blogspot....
Agua líquida que se estanca y apacigua
cuando restriego mi mejilla
contra la tuya sin afeitar,
y no hay cielo
que a su color se asemeje,
puro azul de eléctrico mirar.
No hay voz como la que
de tu garganta surge,
profunda, templada,
capaz de enunciar
los más nobles sentimientos,
pero teñidos por un barniz
que destila completa sensualidad.
No hay verdad como la de tu mano
aferrando suavemente la mía,
transmitiendo la fuerza, la seguridad,
nacida de la emoción,
que una tarde de paraguas
el azar propició.
No hay calor
que consuma por dentro
como el de tu piel
ceñida a mi piel,
siguiendo tus dedos
el contorno de mis labios, secos,
que anhelan calmar la angustiosa sed.
No hay deseo como el que provocas,
de forma harto natural,
pues eres como el león
que sus dien...
Llévame a Venus,
A esa estrella
Que ilumina el espacio
Cuando la tiniebla se extiende
Mientras paseamos.
Huye hacia ese lugar,
Conmigo,
Con tu gato atigrado
Y un equipaje lleno
De deseos no logrados.
Vístete de locura,
Con vehemencia;
Altera el transcurrir
Del mundo
Y ralentiza el día,
La noche,
Para poder ser,
Dentro de la eternidad,
Vagabundos.
Abre tu paraguas
Y viaja hacia la inmensidad
Que no conoce de agujeros,
Ni madrigueras,
Donde la rutina te confina
Y la negra maquinaria
Del Estado
Te condena
Sin indulgencia,
Ni compasión alguna.
Abrázame;
Cerremos los ojos al dolor.
fluyamos como gotas de lluvia
Sobre flores de girasol,
Lejanos, perdidos,
En nuestro mundo único
Que no precisa
De palabras trascendentes
Para ampararnos
En su refugio seguro
...
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